Texto publicado por Claudia Alonso Menéndez
Solidaridad
Un equipo, eso es lo que hubo en los treinta minutos siguientes al cuarto mágico del Madrid.
Un olimpiacos que ha rebajado su presupuesto, el cual tenía el presupuesto más bajo de la euroliga, ha conseguido remontar 17 puntos abajo en el primer cuarto para llevarse su segunda euroliga consecutiva. Con dos entrenadores distintos y con plantillas muy diferentes en ambos años.
La solidaridad con la que jugaban los helenos, las ayudas que se prestaban, invitaban a presagiar que el primer cuarto de los de Laso era utópico, alguien debió decir desde el banquillo griego: o defendemos o estos tíos nos crujen!.
Así pasó. Desde el segundo cuarto, los de Barzokas comenzaron a defender, a poner tapones imposibles y aseleccionar jugadas en las que salían airosos ya que en la primera parte los tapones de Begic, anulaban a su gran estrella, Basilis Spanoulis.
El partido iba pasando y los fantasmas de los blancos se iban a poderando de sus mentes. El Olimpiakos arropado por seis mil griegos que no dejaban de gritar Olimpia Olimpia, eran el alma de un equipo que siempre creyó en la victoria.
Para todos los pronosticadores, para los que siempre al más débil, o al que se presupone peor de los equipos que se juegan una final, entre los que me incluyo, habrá que tratar de ser para otra vez más objetivo a la hora de analizar una fin al four.
No es casualidad que los griegos le levantaran veinte puntos al CSK de Moscú el año pasado y la remontada de este.
¿Es el fin de un ciclo?.
Lo sabremos cuando finalice esta temporada, pero que no se engañe nadie, al Madrid le falta competitividad para estos partidos, y a su gran estrella, Rudy Fernández, deportividad y aceptar la derrota.
Noventa puntos encajó el Madrid a partir del segundo cuarto, algo que si no lo sostienes con su gran creatividad exterior, te da una clara y contundente derrota.
La gran defensa en los equipos de Europa del este, es su gran arma para sacar adelante los partidos, y así lo demostraron una vez más los griegos, que tuvieron mayor dureza mental y su gran estrella, Spanoulis, inédito en la primera parte con un total de -10 de valoración, anotó los tres triples clave para que su equipo se pusiera por delante y viera la luz al final del túnel.
Gente como Slukas o Low, aportaron también su granito de arena a una gran victoria muy trabajada y merecida.
Felicitar al Olimpiakos y gracias por enseñarnos que el trabajo en equipo y la creencia en un proyecto, es la mejor arma para conseguir éxitos.
El compromiso es la mejor solución para con un presupuesto bajo, ganarle un título a un equipo que le casi triplica en presupuesto.
Un jovencísimo entrenador con un gran conocimiento de este maravilloso deporte, nos ha dado a todos una lección de cómo se debe defender, con el consentimiento de los árbitros en cuanto a dureza, un juego exterior imparable a priori según los más entendidos.