Texto publicado por Ma. Guadalupe Hernández Méndez
Diario de un ciego 12
(hojas sueltas)
Si la vida fuera fácil… cualquiera viviría… eso me diría mi padre si estuviera aquí, junto a mi, pero su voz no se escucha más… ni sus fuertes brazos me pueden abrazar para darme consuelo. Siempre es igual, hasta que ya no están nos damos cuenta de la falta que nos hacen las personas amadas.
Quisiera llorar hasta que mis ojos se queden sin lágrimas o hasta que mi corazón descanse de tanta angustia…tristeza…soledad.
Eran las diez de la mañana de aquel hermoso día de agosto, mi hermana y yo corríamos rumbo a nuestra práctica de básquet-bol, jugábamos carreritas y la última que llegaba a las canchas tenía que lavar la ropa de la otra durante toda una semana, solo de pensar en la cantidad de ropa que mi hermana solía ensuciar, me salieron alas en los pies pero al casi volar sucedió lo inesperado…al dar vuelta en la esquina…él…yo…los dos rodamos por el suelo abrazados fuertemente, como si pensáramos que al soltarnos nos haríamos mas daño. Mi hermana no dejó de reir en todo un mes y cada vez que relataba el hecho a alguna persona le aumentaba más y más, solamente la primera vez lo contó tal y como fue. Pero hoy si se le pasó la mano al decir que yo aproveché el momento para besar a Rafael .- ¿Qué como sé su nombre?. Pues desde el día del choque nos hicimos amigos pero mi padre se oponía a nuestra amistad, por las mentiras de mi hermana. Aún así yo la quería mucho y le perdonaba todo lo que hacía porque era mi hermanita… además Rafa y yo seguíamos saliendo aunque lo hiciéramos a escondidas de mis padres. Algunas veces me esperaba afuera de la secundaria, otras iba a las prácticas de basquett. Pero lo mas osado fue cuando empezamos a salir por las tardes al cine o al café o con sus amigos a alguna reunión.Mi padre ddecía que ese muchacho no me convenía porque era mayor que yo y porque me inducía a decir mentiras. (pobre papá, si hubiera sabido que era yo quien lo hacía mentir…).
Ser jóvenes no nos dá derecho a pasar por encima de las reglas, ni a desobedecer a nuestros padres mucho menos a pisotear los valores de una familia. ¡Pero que tarde lo aprendemos! Y el reloj de la vida nunca da marcha atrás…Terminé mi carrera de contador público, Rafa era solo un recuerdo más de mi loco pasado. Ahora soy la señora de Miranda ¿y eso que…? Si, fui feliz un tiempo pero un matrimonio sin amor no puede durar mucho y el mío duró mucho menos aún… ¿hijos?...
no, la vida o dios o el destino no quisieron brindármelos…
Pero no estaba sola, mi hermanita estaba aún conmigo ¿porqué le seguía diciendo así? Porque ella era como una niña para mi. Después de un desafortunado accidente no podía hablar, ni moverse solo me miraba con sus grandes ojos negros y con su mirada me lo decía todo… pero el día… especialmente el día que vino a visitarla el amigo con quien ella casi volaba en el auto aquella terrible tarde… . Al verlo no lo reconocí, pero al oír su voz me quedé pasmada…era Rafael, mi primer y único amor… pero él no supo nunca que yo estaba ahí escuchando la vehemencia con que le hablaba a mi hermana y el coraje con que se refirió al accidente en el que ella sufriera tanto y él quedara ciego…
Ahora aquí en este panteón, el mismo que abriga los cuerpos de mis padres, arrepentida por haber estado tan lejos de ellos, vengo a dejar no solo el cuerpo de mi hermana sino también mi alma. Al mirar el cielo estaba negro…tan negro como mis pensamientos…llegó a mi mente el recuerdo de los versos de una poesía que mi hermana solía repetir era de Ana María Rabatte y decíaa: “no quiero flores cuando muera…en vida hermano…en vida…” …”Si deseas hacer feliz a alguien que quieres mucho, díselo hoy; sé muy bueno…en vida hermano…en vida…
…si qdeseas dar una flor, no esperes a que se mueran; mándala hoy, con amor…¡en vida hermano…en vida!
…si deseas decir te quiero a la gente de tu casa; al amigo, cerca o lejos…¡en vida hermano…en vida!
…No esperes a que la gente se muera para quererla y hacerle sentir tu afecto…!en vida hermano…en vida!
…tú serás muy venturoso, cuando aprendas a hacer felices a todos los que conozcas…¡en vida hermanoen vida!
…nunca visites panteones, ni llenes tumbas con flores; llena de amor corazones… ¡en vida hermano…en vida!.
Mientras me dirigía a la salida recordé otro verso y , como siempre, olvidé el autor de éste, pero dice así:”¡Dios mío, que solos se quedan los muertos”. Pero yo en ese momento, me sentía mas sola que ellos. Aún así la vida continuaría y yo tengo que enfrentarla porque dentro de mi ser existe el valor de mis antepasados y la compañía eterna de mis seres amados.fin.