Texto publicado por SUEÑOS;

inteligencia del alma:

INSPIRACIÓN

Cada paso que da un buscador, sea cual sea la dirección, es un paso
hacia Dios. Anónimo

¿Acaso alguien puede decir que no está buscando la felicidad en nombre
de los mil y un anhelos? Tal vez, el objetivo se llame ganar dinero,
lograr el trabajo que nos gusta y crear una buena familia. Pero tras las
apariencias, lo que uno está buscando, "zanahoria tras zanahoria", es un
estado mental de paz y plenitud desde el que poder navegar por la
existencia.

Detrás de las cosas que aspiramos lograr y por más nombres que demos a
lo que se desea, lo que en realidad buscamos es un estado mental gozoso
que se supone experimentaremos con la tenencia de dicha cosa. La
felicidad es un anhelo que, con el paso del tiempo, pasa de una cosa a
otra. Y así como para un niño la felicidad es una tonelada de caramelos,
para un adulto la felicidad puede consistir en el logro de sus objetivos
y el afecto familiar y social de su propia excelencia. Para un ser más
avanzado, las cosas todavía son más simples y relativas, ya que lo que
se llama "felicidad" no supone tener esto o aquello, sino vivirse en una
mente lúcida y con la conciencia despierta.

Uno sabe que la vida se dirige hacia alguna parte, aunque lo haga como
extraña espiral que asciende y da vueltas. Y así como la semilla avanza
y se despliega hasta crear el bosque, de la misma forma, el uno mismo se
amplía y revela hacia su infinita esencia. El final del camino conlleva
el reconocimiento de que somos Totalidad desde la que brotan "mil y un"
brazos dimensionales que se mueven y bailan. Y al igual que un
holograma, por más partes en las que uno mismo se reconozca y divida,
cada parte seguirá siendo todo-el-diseño en esencia.

Detrás de lo que intuimos como felicidad está lo que para cada uno
significa la palabra Dios. Una realidad meta-histórica, cuyo término
todavía no ha sido totalmente separado de las religiones y las iglesias.
Muchas personas han trascendido el mito que subyace tras las creencias
religiosas y con ello,

también han secuestrado el concepto de Dios concebido por cada una de
ellas. Sin embargo, El Espíritu sobrevive en lo profundo de la
consciencia, no ya como aquella entidad super-humana, sino como estado
de Totalidad e Infinitud que todo lo abarca. En este sentido, cada paso
que damos, buscando las mil y una formas de ser felices, nos demos
cuenta o no, se dirige a la reintegración con la esencia.

Muchos pequeños pasos llenos de anhelo forman la vida que fluye desde el
sueño pre-consciente de la especie, hasta el total despertar. El
buscador descubre que la felicidad es encontrar un estado de LuzAmor
que, sin saberlo, se buscaba. En realidad, lo que durante milenios hemos
llamado "Dios", es un estado de conciencia.

Todos los radios de la rueda llevan al centro, decía Lao Tsé hace ya
cuatro mil años. Cada paso que damos en los múltiples caminos supone un
avance hacia la madurez personal y la auto-consciencia. Y aunque la
vida, a veces, parezca que va hacia atrás y se estanca, en realidad, no
retrocede, sino a la paz del Universo siempre se expande y avanza. El
alumno será más sabio que el profesor y los hijos darán un paso más allá
que los padres. Todos los caminos llevan a la supraconciencia, un estado
que si no se tiene la Gracia de alcanzarlo en vida, será la muerte, la
que como tránsito final posibilite la completitud que disuelve el yo en
la reintegración mayor de la "vuelta a casa".

26.- Inspiración. Todo el día de hoy me servirá para ser preparado por
mis ángeles guardianes para acoger las ideas más grandiosas para andar
en la vida.

José María Doria