Texto publicado por Toten Dos punto Cero

11ª edición - lavando los ojos de adentro pa fuéra

Toten publicaciones presenta:

TOTEN Y LA REVANCHA VIRULENTA DE LOS ESPASMÓDICOS PITUFOS EXCESIVAMENTE MALDITOS DE LAS GALAXIAS RECIENTEMENTE IMPLOSIVAS DEL INFIERNO ESPANTOSO

11ª edición - lavando los ojos de adentro pa fuéra

Holaaaaaa!!!!!!!!

Cómo no hablar de las lágrimas. Del llanto que es tan humano como animal. De esas pequeñas gotas que cubren nuestras cuencas oculares para luego desprenderse, y rodar lenta y agilmente por nuestras mejillas para finalmente estancarse en nuestra barbilla o caer fuera de nuestro rostro. Cómo no hablar de ese delicado rocío que fluye de nuestros lagrimales, que limpia de angustia y tensión a nuestra piel, que se lleva consigo tristezas, alegrías, dolores, excitaciones, culpas, vergüenzas, alivios y temores. Por lo tanto, como es de mi estilo, aunque a nadie le interese, clasificaré los distintos motivos por los cuales lloramos.

a) Llanto de felicidad: Es el tipo más hermoso del llanto. Y surge luego de recibir un estímulo tan apreciado, excitante y emotivo, que no nos deja otro camino más que permitirle rienda suelta a las lágrimas de la felicidad. Éstas no suelen dar vergüenza, aunque muchos hombres, que no siempre conocen la canción de the Cure (De qiur) , las reprimen para no quedar como unos maricones sentimentalistas. Son increíblemente aliviantes y sedantes, y casi nunca vienen con moquitos incluídos.
b) Llanto de tristeza: es el más doloroso de todos, pero también, es muy relajante y agotador cuando la pena es grande. Es muy importante, a mi criterio al menos, no reprimir ninguna gotita salada, porque es una forma de quitarnos la acongoja que nos produjo aquella tristeza. Mientras más uno llora en estos casos, mejor se siente al siguiente día o tal vez al rato, e inclusive, uno se halla más apto de razonar por qué Silvita no va a sacar más discos con su hermosa voz. Los mocos abundan y lo mejor es tener por lo menos un paquetito de carilinas para no dejar ni un solo de los verdes y saladitos en nuestra naríz. No está nada mal ser contenido en estos casos, de hecho yo lo he sentido algo que me dio mucha fuerza cuando lo necesité, y la vergüenza me importó tanto como la demografía de las hormigas rojas en las islas Fidji.
c) Llanto de risa: Éste sin duda, está ligado al llanto de felicidad, pero lo que lo hace particular y le da personalidad, es el hecho que sólo surge de la carcajada que nos produjo algo o alguien que contaba alguna anécdota de Silvita. Estas lágrimas jamás provocan vergüenza, de hecho, uno suele comentar: “ja aja ja , aaayy , ¡estoy llorando de la risa! ¡Toten, por favor! ¡subite los pantalones!”. Aquí los mocos pierden interés al margen de que escasean, y al igual que el resto de los llantos, da una hermosa sensación de desahogo.
d) Llanto de amor: éste, es el llanto más calmo de todos. En general, son solamente unas cuantas lágrimas rodando con fuerza por las mejillas de quien se entera de que Silvita va a abandonar la Argentina, o le acaban de proponer casamiento, o están viendo en la tele una novela latinoamericana de procedencia incierta, que a la chica pobre, el chico rico le está proponiendo casamiento, puede ser cuando alguien ve nacer a su hijo, cuando le oye sus primeras palabras, cuando uno se da cuenta de lo hermosa que es la vida, o lo que sea que a uno le haga latir con mucha fuerza el corazón. Mucho moco, poco llanto, poca lágrima, poco alivio, mucho sentimentalismo.

Aquí finaliza mi despreciable clasificación de los tipos de llanto. Estos son todos los que encontré, si alguno descubre o conoce más, por favor llámeme por teléfono al 0-800-totenhot (0800-Totenjot), que son sólo 3 pesos el minuto más IVA con precio congelado y en cuotas sin intereses en su factura telefónica, a menos que pague sin factura y tenga que recorrer toda la ciudad para pagar algo que ningún “pago fácil” que no sea la central se lo va a aceptar.
Llorar es hermoso, nos brinda paz, nos brinda un momento de frío para pensar luego lo mejor que se pueda hacer o decir o pensar. Nos deshidrata nuestras cargas, nos libera de mucho de lo que nos hace mal. No nos hace ni más machos, ni menos putos, no nos hace más dramáticas ni menos frígidas, nos hace más seres humanos, más animales, más vivos, más nosotros mismos, nos hace lo que ya somos. Por eso, ¡nada de que Boys Don’t cry (boys don crai) loco!

¡adiós!!!