Texto publicado por SUEÑOS;
inteligencia del alma:
PAZ
La sonrisa es el yoga de la boca. Thich Nhat Than
¿Cuál es el secreto de la enigmática Gioconda?, ¿acaso se trata de la
imagen de una sonrisa eterna?
Practicar la sonrisa en la medida justa, supone disponer de un pasaporte
en el rostro para traspasar las fronteras que separan al yo superficial
de las moradas internas. Cada momento del día en el que uno presta
atención al rictus de su boca y crea una ligera sonrisa, lo que en
realidad está haciendo es abrir una ventana a las brisas internas.
Sonreír cuando uno tiene ganas es natural, pero practicar el yoga de la
sonrisa, simplemente como estado de atención sostenida, supone un
valioso entrenamiento que refina las avenidas de acceso al alma.
Mantener la sonrisa supone activar reflejos neuronales que colocan
nuestro sentimiento en el rango vibratorio de la gratitud y la
confianza. Cuando uno decide sonreír decide, asimismo, el estado de
ánimo desde el que opta posicionarse y, automáticamente, influye en la
química de sus glándulas. Más tarde, lo que comenzó por un gesto es
seguido de palabras y pensamientos que se adecuan al mandala de la cara.
¿Qué dice un rostro que sonríe? Cuando observamos un rostro que sonríe,
tal vez percibimos que dicho sujeto ni teme, ni siente desconfianza. Un
ser que sonríe directo parece sentir emociones pacíficas y expresar
alegría en su mirada. El yoga de la sonrisa señala la sonrisa sostenida.
Un estado de conciencia que sintoniza la vida del ego con la vida del
alma. Cuando uno sonríe, muestra al yo centrado y se convierte en un
foco de irradiación que a todo acaricia y respeta.
Practicar la sonrisa sostenida es algo que está más allá de la postura
de la boca. Se trata de un estado del corazón que no precisa de
espectadores ni destinatarios. Sin embargo, cuando se fija la vista en
los ojos de otra persona y se le abraza con la mirada, se provoca la
sonrisa justa. Un gesto que refina el puente entre ambos seres, abriendo
las puertas de la empatía y creando emociones sinceras.
La sonrisa practicada desde la opción voluntaria que emerge sin reacción
alguna es una competencia de la inteligencia emocional de la especie
humana. El hecho de optar por sonreír, significa que uno se posiciona
entre los que abren las puertas del dar y celebran el fluir de la vida.
Cuando se practica la sonrisa interna todo se va poniendo en su lugar,
como las piezas de un puzzle que encuentran su sitio y lo global se
revela. Hay personas que olvidaron sonreír sin motivo. ¿Merece la pena
influir en nuestra mente desde el simple gesto de la cara?, ¿acaso el
hecho de sonreír puede cambiar por sí solo el estado emocional acorazado
en el que, a veces, uno se encuentra? Respire profundo e inicie la
sonrisa. Indague lo que experimenta al modificar, voluntariamente, la
expresión de su cara. Observará que es un cambio muscular muy sutil.
Casi no se nota, sin embargo, compruebe como desde la sonrisa
consciente, todo aquello que de usted aflora, conlleva una mayor calidad
humana.
La sonrisa no es "pasteleo" con el mundo, sino más bien una forma de
relacionarse con uno mismo. Uno no sonríe para que le acepten o para que
le quieran. La sonrisa sostenida se practica como relación y disciplina
de consciencia con el yo, con gente o a solas. Y así como la espalda
recta conlleva en sí misma atención y firmeza, la sonrisa sostenida abre
el corazón y nos despierta.
31.- Paz. Este día para mí es armonía, conciliación con el Padre Eterno.
Este es un día de tranquilidad, calma y serenidad.
José María Doria.