Texto publicado por Rody Armando Mora
¿PROGRESO O RETROCESO?
Este es el debate interno que tengo y el que me preocupa, ahora.
Escribo para vosotros que leéis con las manos y/o con la visión que tengáis.
Escribo para vosotros que hacéis de la vida un ramillete de recursos, para vivir con la calidad de vida que os procuráis, porque nunca voluntariamente
hubierais querido perder la vista, y claro acariciáis la vida con el resto del cuerpo, con la voz, la sonrisa y los sentimientos.
Nacemos (en general) con todos los sentidos, y así vamos viviendo, según, nos vaya yendo....acoplándonos en el puzle de la vida.
Es, por todo lo que sentimos, y es por eso por lo que nos comunicamos, que no siendo sordos, usamos manos, gestos, tacto, papel, y procuramos darle vida
a los cinco que a mi me gusta decir seis porque es el sentir ese sexto sentido.
Todo con tal de que el otro sea un interlocutor válido, que nos ayude y nos apoye, y nos deje caminar una parte del día o de la vida, o el momento aquel
especial.
Aprendiendo, siempre.
Y así, vamos conformando: hacemos los amigos de infancia, los primeros amores, los compañeros, los vecinos, lo que será nuestra comunidad próxima de vida
natural, sucediéndose todo.
Intercambiamos los códigos que desciframos por lo importante que esto es, a través de nuestras normas conductuales.
Los darwinistas dicen que nuestro origen es del simio
La retórica evolutiva de las especies, esto es.
Los hombres prehistóricos hacían ruidos, las tribus fuego, danzas. Necesitaban hacerse presentes.
Aparecen los inventos, unos tras otros, hasta la sofisticación y vaya, vaya sí nos comunicamos. Y a si, ahora si es cierto... ¡ay que pillería!
Pero ¿comunicamos o nos incomunicamos?
Poseyendo el don de oír, nos taponamos los oídos, con los auriculares, en viajes, calles, casas, grupos,
No puedes decir nada, preguntarles, mirarles, sonreírles
Darles su sitio que decimos aquí en mi tierra. No puedes, no. No te dejan.
Se aíslan de los ruidos naturales de la calle, de la vida, el timbre de las personas, los saludos, la cadencia vibrante del día, y ese inicio de conversación
diario que confirma nuestra puesta de largo de la mañana, por ejemplo.
Ya puedes chistar, avisar o gritar, no hace falta que tengas un problema, no.
Es que ¡te han hecho inexistente! Y ellos también.
Los sacerdotes advierten en misa que Dios no comunica por el celular, más que nada para que lo cierren. Y sobre este, hay que advertir que tecleamos y
escribimos, con la mirada baja y la boca cerrada. Postura involutiva.
Si somos interrumpidos, tampoco nos molestamos, desconociendo que el respeto, es la atención del otro.
No, no estamos más juntos, estamos mal comunicamos y con la mala calidad que supone , no oírnos ,no vernos, no sonreírnos, no quedar, no abrazarnos, no
besarnos y no alegrarnos por esto. Lo sustituimos por emoticonos.
Porque....estamos en Twiter, Facebook, Whatsapp, o nos mensajeamos…Que mentira, más ficticia.
Y escribo esto a vosotros que no habéis anulado, ni vuestras bocas, ni vuestras manos, ni los oídos y la vista está multiplicada por miles de sensaciones...
auditivas, mira tu, que estáis abiertos a la curiosidad , a la lectura, a la comunicación, al aprendizaje, a la Vida.
Sentir, sin ver. QUE MARAVILLA.
Yo os escribo desde Almería y me hace ilusión hacerlo, pongo toda mi vida en este trozo de papel y juego con mi palabras para haceros vibrar en el deseo
de que esta sea realmente un elemento comunicador
Mis palabras son el puente entre vosotros y yo.
La palabra es para decirse, para decirnos mutuamente,
para decir el universo, para decir la historia,
para decir de Dios y decirle a él.
Un día seremos plenamente palabra (Pedro Casaldáliga)
Y mi corazón y mi admiración.
Y ojalá, que vivamos abiertos a la vida, a las personas , a las vivencias y a las experiencias que nos vayan sucediendo, porque eso es lo que os hace ser
, para mi, admirables. Es decir ser útiles
Un abrazo
Autora: Enriqueta Adriana Martínez Pérez. Almería, España.
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