Enlace publicado por Draker Dave

Cuando vibra la gota de rocío, se hace inocente el crepúsculo. Cuando la música suena, vibra así el alma doliente. Nadie duda del tambor balsámico, cuando el alma liberada que lo escucha se eleva como una cometa.

La música es artesanía, es decir, un arte que sana. La melodía y el ritmo son para el corazón como la noche para la luciérnaga. Contemplando con entrega y asombro descubro que un dulce cantar amansa mi fiera. Desde la nana más tierna hasta el repiqueteo de duendes de tablao, la música se torna fuego que aviva los sentidos, y rescata suspiros enterrados.

Un sonido balsámico quiero regalarte por tanto. Un cortejo de notas que ojalá te lleve a sabe Dios dónde.

(El atlante de Cádiz)