Texto publicado por Belié Beltrán

Un ensayito sobre poesía

La naturaleza del individuo linda, en todo momento, con la diatriba y la competencia. El mito de Sísifo no descarta la probabilidad de que cada hombre y mujer deban subir una piedra a la montaña para luego dejarla caer.Las contiendas o conflictos de la humanidad surgen como la llama de una yesca, por el roce. Justamente un roce es el que hace que tanto poetas como filósofos arrastren una disputa desde los tiempos de Platón. Entorno a la reyerta poesía/filosofía existen varias posiciones encontradas, incluyendo aquellas que pretenden ofrecer la postura del equilibrio:
El primero, quizás, en renegar de los poetas fue Platón. El décimo capítulo de La República, al plantear un país ideal, recomienda la exclusión de los poetas. Más aún, realiza ataques directos a la obra de Homero partiendo de la tesis de que la poesía ondula entorno a la mimesis, contrario a la filosofía que gira en derredor de la verdad. (H. Bloom 2005).
“Y así mi querido Glaucón, cuando oigas decir a los admiradores de Homero que este poeta ha formado la Grecia, y que, leyéndole, se aprende a gobernar y
conducir bien los negocios humanos, y que lo mejor que se puede hacer es someterse a sus preceptos, deberás tener toda clase de miramientos y de consideraciones
con los que empleen este lenguaje, como si estuvieran dotados del mayor éxito, y hasta concederles que Homero es el más grande poeta y el primero entre
los trágicos; pero al mismo tiempo no pierdas de vista que en nuestro Estado no podemos admitir otras obras de poesía que los himnos a los dioses y los
elogios de los hombres grandes; porque tan pronto como des cabida a la musa voluptuosas, sea épica, sea lírica, el placer y el dolor reinarán en el Estado”. (Platón; La República, capítulo X).
Otra de las causas por las que los filósofos arremeten contra la poesía es la supuesta irresponsabilidad. De hecho, Freud en una de sus conferencias sobre los instintos, mientras habla sobre el masoquismo, dice “Los poetas sí hablan de algo semejante; pero los poetas son irresponsables, gozan del privilegio de la licencia poética” (s. Freud, Nuevas Lecciones Al Psicoanálisis, 1933). Aunque claro, las ideas de Freud poseen una base en las teorías de Platón, lo que dice bastante de la actitud del psicoanalista ante la poesía. (H. Bloom 2005).
Pero independientemente de la responsabilidad ante la verdad, que en último caso es lo que plantean Platón y freud, la crítica hecha a los poetas también se sujeta de las manifestaciones del pensamiento. A decir de los filósofos, el pensamiento poético no se preocupa más que por las cuestiones estéticas, sin que le importe un planteamiento real de la verdad. A todo esto, ciorán, contesta: “Aplicar el mismo tratamiento a un poeta y a un pensador me parece una falta de gusto” (ciorán, 1960) En este caso aludiendo a la creación por el placer mismo de crear. Sin embargo, están aquellos defensores de la poesía partiendo de su carácter igualitario con el pensamiento, como es el caso de Jaques Derrida o el momento en el que María sambrano ve a la poesía al nivel de una embriaguez por la palabra. En este sentido, tanto Derrida como sambrano se vuelcan al sentido instintivo de la poesía; aunque el francés propone una deconstrucción lógica en donde la poesía, quizá, pierde mucho de su expresión de las emociones.
Amén de que la filosofía asuma al poeta como irresponsable ante la manifestación de la verdad, no es menos cierto que los filósofos poetizan al filosofar. Así, por puro silogismo, los razonamientos filosóficos amparados en la retórica del pensamiento, es tanto o más poesía que las planteadas en cualquier estrofa. A este punto, o los filósofos son tan irresponsables que los poetas, de cara a la verdad o no es cierto que poesía implique ligereza de pensamiento. Y tomando en cuenta que más de un razonamiento de la filosofía ha podido ser demostrado, más aún, que los múltiples sistemas de la sociedad partieron de conceptos filosóficos, la poesía no es menos trascendental en cuanto a ideas que los pensadores. Es decir, como el pensamiento filosófico se vale del lenguaje para concretizarse y lo mismo hace el pensamiento poético, tal diatriba no es más que una cuestión de forma inventada por defensores de un Platón sentido por la grandeza de Homero (Bloom 2005).
En definitiva, la negación del pensamiento de los poetas, partiendo de las ideas prejuiciadas de Platón adolece de la actitud criticada ante la verdad. Un cierre definitivo al círculo de discusiones al respecto, lo ofrece Martin Heidegger. Heidergger plantea que tanto el pensador como el verdadero poeta están estrictamente vinculados al mismo acto y al mismo testigo del ser. Es decir, la acción de ser del individuo y su actitud de cara a la conciencia ontológica que de ahí se desprende, es igual para el filósofo que para el poeta.