Texto publicado por Germán Marconi

Dos años

Dos años

Esta mañana el tiempo me tomó de la mano. Me dejé llevar por él, como un niño con su padre. Me mostró un cartel a poca distancia de donde nos encontrábamos. Su grandilocuencia hirió mis ojos. Era una fecha. Un día de hace dos años, en el que se me informaba que te habías ido ya. ¡Mentiroso! Le llamé en voz alta. ¡Si pareciera que van 5 o 10 minutos! Pero el tiempo, con un ademán me calmó y suavemente me dijo: “soy lo que soy. El causante del olvido o del recuerdo. El amigo o enemigo cruel. Pero no se mentir”

Y entonces una lágrima solitaria se deslizó por mi mejilla. Asentí levemente y te pensé. ¿Dónde estarás? Y el viento que hasta ese momento permanecía callado en aquel lugar, habló: “él está aquí contigo. No se ha ido jamás. Pues si en tu recuerdo permanece, ahí seguirá por siempre. Depende de ti, el que nunca lo eches ni lo borres”

Volví a asentir, esta vez con un atisbo de felicidad y esperanza, pues recuerdos es lo que tengo para ti y para mí. Ay, como me acuerdo. De mi hermano niño, de mi hermano amigo, de mi socio joven. Ay, como me acuerdo del compinche de travesuras, del cofrade en los proyectos, del bastión en mis flaquezas. Y te nombro y el lenguaje infinito y sabio me ayuda. El propio, el hermano, el amigo, el carnal, el socio, la llave, el parcero.

Y sé, que en el plano en el que estás, aún me acompañas y te quedas. Te quedas, en mis soledades. Te quedas en mis compañías. En mis tristezas y alegrías.

Finalmente, el tiempo y el viento tenían razón cada uno a su manera. El tiempo, exacto y preciso. El viento, andariego y soñador.

Soñaré contigo, si puedo dormir. Para que no me hagas tanta falta. Para que nos escapemos a hablar o a rodar la vida. Para que por lo menos por algún momento, pueda tenerte cerca. En fin, para que estos dos años no me duelan tanto.

MAURICIO CEBALLOS MONTOYA.

Fuente: http://pensamientosquedanvueltas.blogspot.com.ar/
Consultada 21/9/2013.