Texto publicado por José Luis Rios
Veterano invidente ayuda a otros discapacitados a superarse
El veterano invidente Urban Miyares, fundador de la Asociación de Empresarios con Discapacidades, con sede en San Diego, motiva a otras personas que sufren minusvalías
San Diego, 27 feb (EFE).- El veterano invidente Urban Miyares, fundador de la Asociación de Empresarios con Discapacidades, con sede en San Diego, motiva a otras personas que sufren minusvalías para que alcancen el éxito a través de los deportes de vela.
Hijo de padre cubano y madre de ascendencia alemana y rusa, Miyares creció en Nueva York durante los años 40 y 50, "cuando pese al crisol de culturas en las que yo podía pasar por italiano, judío o hispano, mi padre no nos permitió aprender español por la discriminación que se sufría", dijo en entrevista con Efe.
Pese a la falta de evidencia científica concluyente, Miyares cree que su exposición en la guerra de Vietnam al "Agente Naranja", un herbicida desarrollado por el ejército, le ocasionó diabetes, problemas neuromusculares y finalmente ceguera.
"En el medio de una batalla, entré en un coma diabético. Antes me habían diagnosticado con fatiga, úlceras y visión borrosa. Me habían dado por muerto, pues en esa batalla casi nadie sobrevivió de mi pelotón. Tras casi dos días de estar en una bolsa de plástico para cadáveres, un médico que identificaba a las víctimas se dio cuenta que había algo diferente conmigo y me envió a un hospital", narró Miyares.
El veterano dijo que los veteranos de esa guerra fueron estigmatizados por la sociedad y al regresar a su país trataba de ocultar su participación en el conflicto.
Incluso, aseguró, una vez fue escupido en la calle cuando vestía su uniforme y también fue despedido de su primer empleo tras regresar a EE.UU. en una firma de Wall Street, en la que le llamaron "asesino de niños" tras descubrir en su escritorio las agujas que utilizaba para las inyecciones de insulina para controlar su diabetes.
Entonces decidió independizarse y comenzar negocios propios, sobreponiéndose a su falta de educación formal, al trastorno de estrés postraumático y a sus propias discapacidades.
"Mi ceguera ha sido gradual. Manejaba pero no podía ver las señales. He pasado por 27 cirugías láser, que me dejaron totalmente ciego en 1984, sin sangre en los nervios ópticos. En 1977 vine a California después de que vendí mi primer negocio exitoso, un restaurante en Albuquerque, a fin de poner mi salud en orden", dijo Miyares.
El empresario dijo que cuando sus negocios, que van desde consultorías a la manufactura y ventas al menudeo, se estabilizaron en 1985, se hizo la promesa de ayudar a otras personas, lo que ha cumplido a través de la organización "Challenged America".
Entre las actividades que organiza, por ejemplo, cada verano está la "Clínica Nacional de Deportes" en las que cerca de 100 veteranos con discapacidades "compiten amigablemente" en vela, surfing, viajes en kayak y ciclismo, actividades que muchos de ellos nunca han intentado antes y que lo hacen con la ayuda de cerca de 25 voluntarios.
"Si estás enfermo, desde siempre se ha recomendado ir a las montañas, al desierto o al mar para buscar una cura. El mar tiene un poder de transformación que ofrece esperanza para reintegrarse a la vida productiva a veteranos que suelen haberla perdido y viven solo esperando su cheque de discapacidad", dijo Miyares.
El empresario dijo que la actividad física le ha ayudado a superar barreras también en los negocios al ponerse retos y superarlos, pues ha competido con tripulaciones solamente de personas discapacitadas en carreras desde Los Ángeles hasta Hawai.
También, en el esquí, que ya no practica, mantiene el récord del mundo en velocidad por descenso para una persona completamente ciega con 63 millas por hora cronometradas en los años noventa en eventos tanto en Alpine Meadows de Lake Tahoe y Calgary, Canadá.
"La misma cosa que te discapacita puede ser una fortaleza. Mi trastorno de estrés postraumático me hace más persistente, tomar más riesgos. En 1968 me dijeron que tenía 20 años de vida, y ahora tengo planes de ser la primera persona ciega en dar la vuelta al mundo en bote en 2013. Al aprender a vivir un día a la vez no tengo miedo de ruina financiera o heridas físicas. Quiero compartir esta experiencia", dijo.
Su organización ha servido a un promedio de 200 personas por año durante los últimos 25 años, beneficiándose de la donación de botes y un equipo de cerca de 200 voluntarios, dijo el empresario, y aunque no es necesario que discapacitados sean veteranos para practicar la vela con ellos, ese grupo tiene prioridad.
Miyares dijo que las personas que tienen discapacidades o que son invidentes pueden ganar autonomía al convertirse en sus propios jefes iniciando negocios, lo que les permite controlar su futuro.
También supervisa un programa que ofrece cursos de negocios a través de la Escuela Hadley para los Invidentes, en la que veteranos con problemas de vista y sus familias pueden matricularse y avanzar a su propio ritmo.