Texto publicado por Rody Armando Mora
FÁCIL O DIFÍCIL.
Hemos sido programados para ver la vida en dos tonos. Por lo general las cosas son buenas o malas, bonitas o feas, oscuras o claras, razón por la cual la mayoría de las veces nos cuesta ser felices y alcanzar el éxito. La primera vez que leí la frase “El camino fácil, es el camino más difícil” escrita por Vicenta M. Roazzi en su libro “La Espiritualidad del Éxito” me costó comprender a que se refería. Desde niño creí que para tener dinero debía hacer sacrificios, luego cambié el paradigma y me convencí que no era necesario sacrificarse, la vida había que disfrutarla y buscar ser triunfador de una manera cómoda y sencilla.
Tras meditar en sus palabras, comprendí que de cualquier modo estaba equivocado y lejos de ser un triunfador. La vida es poli cromática, existen millones de colores, no sólo el blanco y el negro, las únicas opciones no son fáciles o difíciles, hay otras opciones, otros caminos… Si deseamos ser personas prósperas, es decir, disfrutar de éxito personal, profesional, familiar, espiritual y económico, debemos dejar las ideas de sacrificio, pues esto se asocia al dolor y en consecuencia al sufrimiento y la resistencia, pero también abandonar el facilismo: esperar que el éxito y la estabilidad lleguen sorpresivamente.
Hagamos lo que hagamos el facilismo y el sacrificio no son buenos compañeros, ambos conducen a la infelicidad. Agreguemos un nuevo concepto que se equilibra entre el dolor y el placer, estimulando ambos hemisferios cerebrales: “La vida en bendición y abundancia son producto de trabajar sabia y productivamente”. No seamos mártires, mucho menos idealistas vagos y fantasiosos, convirtámonos en seres productivos y la prosperidad nos abrazará. Roazzi dice: “No busque trabajar de la manera fácil, la que da menos trabajo. En lugar de eso, concéntrese en trabajar de la manera más productiva”.
Colaboración de Carlos Méndez Z
Venezuela