Texto publicado por Ma. Guadalupe Hernández Méndez
Así como hay madres...
Así como hay madres que no merecen tener hijos, también hay hijos que de plano no tienen…madre.
… “Honra a tu padre y a tu madre, como el Señor te ha mandado, para que sean prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que el Señor, tu Dios, te da”…Deu. 5-16.
Y por si fuera poco está el cuarto mandamiento que dice:”Honrarás a tu padre y a tu madre”…pero al parecer todos lo hemos olvidado y si no todos, la mayoría al menos si. A ver tú…si tú, no te hagas el disimulado, ¿Cuántas veces a la semana vas a casa de tus padres para ver como están?...No, mejor no me contestes…
Las madres, esas benditas mujeres, nos llevaron en su vientre durante nueve meses esperando con ansia el día en que nos cargarán en sus brazos, sin importarles que les robamos su figura, su sueño, su comodidad. Y cuando llegamos nos siguen brindando todo su tiempo porque somos tan egoístas que no podemos sentirlas lejos sin lanzar un chillido para atraer nuevamente su atención nos alimentan, nos cuidan, nos llenan de cariño, luego a su tiempo nos ayudan a crecer enseñándonos cuanto debemos aprender de la vida. Fue nuestra madre quien veló nuestro sueño cuando enfermamos, sin importarle estar cansada, fue ella quien lloró con nosotros cuando nos caímos o alguien nos lastimó. En fin, al darnos la vida nos han dado todo.
Pero crecimos y como todo lo merecemos, vimos desde la época de adolescentes, con desprecio a los padres. Mamá tenía obligación de atendernos y papá de mantenernos, por eso muchos dicen que esta debería ser llamada la época de “aborrescentes”…
Si, quise realzar las virtudes de las madres porque tengo una historia que te voy a contar…doña Estela, madre de 13 hijos, desgastó su vida entre pañales, cuidados y mucho amor perdido…¿porqué perdido? Pues ella quedó viuda y no solo la hizo de madre sino de padre también…cada día llegaba de su trabajo y seguía trabajando para los hijos en casa, pero todo se acaba con los años. Los hijos crecieron, se casaron, se alejaron de la casa, ella desarrolló en su cuerpo cansado una enfermedad silenciosa y mortal, se los dijo pero ellos en sus ocupaciones ni siquiera le prestaron atención mucho menos le dieron ayuda y hasta le negaron su compañía. Y se vió obligada a ir a sus terapias sola y ahí la conocí cuando entre lágrimas me contó la historia de su vida. Esa noche lloró amargamente pues teniendo tantos hijos y nietos ya, estaba sola, terriblemente sola y quien iba a pensar que serían sus últimas lágrimas al menos aquí en la tierra, pues al día siguiente encontraron su cuerpo sin vida…vivió sola…murió sola.
Si todavía tienes madre atiende a estas palabras, dile lo mucho que la quieres cada día, ya que nunca sabrás cuando partirá, y si crees que no la amas por lo menos agradécele el tiempo y la vida que ella te ha dado, con un poco de compañía, no te quedes viviendo entre reproches pensando en lo mucho que puedes haber hecho por ellos, pero ya es tarde. Además el tiempo pasa y los patrones se repiten, ¡quien dice que no serás mañana tu el de la historia!. Fin…marylupis