Texto publicado por Brenda Stéfani
devuélveme el conejo
Yo salía de la facultad, no parecía recordar bien a donde iba, lo que si es cierto es que llegué a un departamento, que porcierto era muy lindo. Yo ya no me veía como yo, estaba dentro del cuerpo de un hombre, parecía más o menos de 25 a 30 años, era algo alto o más bien robusto, tenía una camiza gris con mangas largas, no podía ver mucho porque yo era él.. Yo, que era él, estabahablando entoncescon mi mujer (que se parecía a mí) o más bien, esa era yo.
-porqué te bajás del edificio con esta ropa, que no te dascuenta que todo el mundo te mira?, ¿No te da vergüenza que muestres todo como si fueras una cualquiera?, me lancé hacia ella para golpearla, vi que tenía un short muy cortito, la levanté y como si fuera poco su ropa sola se iba rasgando.
¿Quién era el vecinito ese que te dijo –Que linda está hoy señorita, se ve como las flores de la mañana, le grité tirándola contra la pared.
-no sé, yo no sé, me fui a comprar para la comida nada más, qué voy a mirar quien me habla o quien no.
Veo por la ventana (yo como él) y toda la escena se recrea, la veo a ella, mostrando su cuerpo entero, insinuándose y pactando con él para encontrarse a una hora sin que yo supiera, yo soy un estudiante y no siempre estaba cuidando de ella, entonces podía hacer lo que quisiera mientras yo no estaba.
Nervioso bajé rápidamente las escaleras, tenía una faca, un puñal, una especie de espada en forma de media luna que brillaba junto con mi rabia por la maldita estúpida esta que me había puesto los cuernos con ese quien sabe qué del vecinito de al lado.
Ellos dos discuten, vuelven a pelearse, el otro tipo nunca hizo nada, estaba defendiéndose, ahora yo volví a ser yo, y veía como el tipo iba rebanando con su sable o cosa esa los hilos de la ropa de aquel muchacho que nada tenía que ver, mientras yo veía los rápidos movimientos brillantes me atrabecé, solo para ganarme unas heridas profundas en la cara, me desmayé y al cambiar de escena, lo seguí hasta la universidad donde estudiaba derecho, estaba por rendir un exámen que valía 40 puntos.
-Estoy aquí, para defender los intereses de las personas, que hoy en día sufren por ser afectadas por…
Todos gritan al escuchar su discurso,-Nadie te cree, sos un chanta, sentate en tu lugar, perdés tiempo, fuera,. La profesora pide silencio.
Yo llego a su aula, mis ojos desorvitados ven su cara hablando, a su izquierda una cruz con un fondo algo amarillento que se ilumina con una luz intensa que parecía venir del sol, pero si hoy está nublado, la miro fijamente, ya no logro entender lo que dice y me desvanezco sobre una silla.
La profesora se horroriza y me pregunta
-¿qué hacés acá?
Necesito hablar con él,
-el se frena, queda mudo, perplejo, no puede creer lo que ve,
-pero dios nena, tu rostro está empapado en sangre!
-se mancharon mis manos que sostenían mi rostro, se manchóo mi ropa, comencé a llorar.
-dios nenna quédate acá hasta que termine el exámen, chicos cálmense, no es tan grabe esto, tienen que rendir, acuérdense que son cuarenta puntos y ustedes ya pagaron cuarenta mil pesos por este exámen.
Yo pienso: -cuarenta mil pesos? Y yo que no pago ni 300 por la cuota en el Montoya, seguro que estos son todos unos capos y yo… Ni hablar.
Un chico se acerca, no conozco a nadie, me pasa un conejito blanco de peluche y yo sigo llorando, mi cara sigue sangrando y él se vuelve a su lugar.
La profesora me pide que me cambie de silla pero que antes limpie toda las manchas, yo lo hago y me siento a esperarlo, ella meofrece:
-una beca para: -Usted sabe que nuestra universidad cobra por año 40 millones de pesos a cada alumno para la carrera de derecho, a usted le cobraremos 4000 pesos en la carrera que elija. A nosotros nos gustaría que estudiara en este lugar.
Yo la miré y me reí, pero yo, no dije nada. ¿Porqué me dice eso?
Tenemos que indemnizarla porque un alumno nuestro de esta honorable carrera de derecho, la atacó a de esa manera tan deshonrrosa y no podemos permitir que el prestijioso renombre de nuestra universidad se mansille por sucesostan engorrosos como este ,preferimos becarla en vez de que pronto salga a la luz.
No entendía bien como salió esta conversación, a ratos sentía que me quedaba en blanco y salí muy confundida del salón.
Me encuentro en un pasillo y veo que el chico que me dio el peluche pasa a mi lado, yo lo freno.
-hey, gracias. ¿Porqué?, -como que porqué, me pasaste el peluche, lo siento, además es blanco, no te lo puedo dar así.
-No te hagas drama, me dijo fríamente, como si no le importara, ni mucho caso me hacía, hablaba por celular con su papá diciéndle que sacó buenas notas y que traiga el dinero para pagar el exámen.
Yo no lopodía ver, ya no veía nada, miré hacia arriba y sentí hasta donde de alto era según su voz, creo que eso le dio lástima, sentí su mirada de compasión, maldita sensación de lástima que tanta rabia me causa, comencé a temmblar, él me abraza y se vuelve rápidamente a su lugar, se olvidó de mi cara que sangraba. ¿puedo ayudarte en algo? Me dijo:
-Lo siento, manché tu conejo y voy a manchar tu traje, si no te molesta lo voy a llevar a mi casa y nos podemos encontrar en la plaza 9 de julio, yo te lo doy y me voy, es todo, le dije.
Entonces yo doblo mis pies, estaba descalza,me parosobre mis tobillos y formo como un círculo, él se agacha y me mira
-tus pies, tienen esa forma tan femenina, como lo haces, como haces que tomen esa forma al doblarse así… Yo también los miro, no me había dado cuenta de lo que hacía.
Sentí sus ojos clavándose sobre mí, me sentí inivida, asustada, no conocía ese lugar, creo que se llamaba: universidad humanista y tecnológica Americana, norecuerdo, era algo así.
-mierda mi cara no para de arder, salí corriendo de ese lugar. Me encuentro con unas señoras que cuidaban a unos niños, que juntaban frutas de unos árboles, o comían,, o hacían algo parecido a eso,y una de ellas me decía:
-no te acordás de mí?, soy la vendedora de empanadas, la que tenía el cabello todo enredado, te vi una vez en el puente y me hablaste no te acordás?.
-joder, no estoy para recordar a la gente en este momento, pensé.
La miré a la cara, era morena, algo gorda y bajita, y si, tenía el pelo bien negro y bien enrulado, esta vez lo tenía recojido.
-ai che dios mamita tu cara, que lo que te pasó?
-nada, nose preocupe, ya me voy a mi casa.
Salí corriendo otra vez y mis ojos se empañan, choco con el idiota que me golpeó, llevo elconejo manchado enmi mano y...
b. D. F. S. T