Texto publicado por Gory
Carta abierta de J. Saramago a su mujer en su cumpleaños (2009. No se la dio en mano a Pilar del Río, la colgó directamente en su blog. Me parece necesario que estos hechos salgan a la luz. No le duelen prendas a todo un Premio Nobel, el reconocimiento
público al trabajo en la sombra de su mujer y ponerlo en valor ante todos. Hay que serr de una gran talla humana para sacarlo ante los ojos de todos. Carta:
el texto cierra medio año de trabajo. Otros trabajos y años vendrán a continuación si los hados así lo quieren. Hoy, porque coincide con su aniversario, mi tema es Pilar. No habrá ninguna sorpresa para quien recuerde lo que sobre ella he dicho y escrito en el ya casi cuarto de siglo que llevamos juntos. Esta vez, sin embargo, quiero dejar constancia, y supremamente lo quiero, de lo que ella significa para mí, no tanto por ser la mujer que amo (que eso son cuentas de nuestro rosario privado), sino porque gracias a su inteligencia, a su capacidad creativa, a su sensibilidad, y también a su tenacidad, la vida de este escritor ha podido ser, más que la de un autor de razonable éxito, la de una continua ascensión humana. Faltaba, aunque eso no lo podía imaginar antes, la idealización y concreción de algo que fuera más allá de la esfera de la actividad profesional o que pudiera presentarse como su prolongación natural. Así nació la Fundación, obra en todo y por todo obra de Pilar y cuyo futuro no puede concebirse, a mi entender, sin su presencia, sin su acción, sin su genio particular. Dejo en sus manos el destino de la obra que creó, su progreso, su desarrollo. Nadie lo merecería más, ni siquiera de lejos. La Fundación es un espejo en que nos contemplamos los dos, pero la mano que lo sostiene, la mano firme que lo sostiene, es la de Pilar. En ella confío como en ninguna otra persona sería capaz. Casi me apetece decir: este es mi testamento. Pero no nos asustemos, no voy a morir, la Presidenta no me lo permitiría. Ya le debí la vida una vez, ahora es la vida de la Fundación la que ella deberá proteger y defender. Contra todo y contra todos. Sin piedad, si llegara a ser necesario.