Texto publicado por Cyndi del Río

Dedicado a mi mejor amiga, que se supo la historia de esto mucho antes que yo y que siempre me insiste en... ya no diré más:)

Consejera interior. vamos, que no quieres aceptar tu propia realidad.
Yo: ¡Es que, no es cierto lo que dices!
Consejera interior: sí, tú sabes bien que es cierto. ¿Porqué te cierras tanto?
Yo: ¿Es que no entiendes? ¡ya te dije que no estoy...!
Consejera interior: bla, bla, bla. Sigue diciendo tus mentiras, sabes bien que es verdad...
Yo: ¡cállate! (camina furibunda hacia aquella pequeña idéntica a ella)
Consejera interior: Mira, nada sirve enojarse (se sienta con las piernas cruzadas delante de ella) Las cosas suceden por una razón, sea cual sea. Y te diré que, una vez que ocurren, ya no puedes impedirlas.
Yo: (agitada) Pero es que, yo me prometí que no iba a ocurrir... ¡y menos así!
Consejera interior: cálmate, cálmate. ¿Las cosas ocurren por algo, no? es lo que siempre le dices a tus amigos.
Yo: ¡Pero qué! ¿La vida solamente piensa en hacerme sufrir? ¿o qué demonios?
Consejera interior: Quizás se dé, quizás sea una lección de vida... (acaricia su cabello, como queriendo mantener la paciencia)
yo: ¡Pero porqué! he tenido muchas experiencias malas, tengo mucho miedo...

¿fin?