Texto publicado por Jaime Nelson Arboleda Barrera
Manos ásperas, Emilio Carlos Tacconi.
Manos ásperas
Tengo las manos ásperas pero hay pan en la mesa.
Tengo las manos ásperas pero hay luz en la casa.
Tengo las manos ásperas; me honra su aspereza
Porque así fueron todas las gentes de mi raza.
No me avergonzó nunca mi heredada pobreza
ni me achicó tampoco la humildad de mi traza:
tengo las manos ásperas pero hay vino en la mesa,
tengo las manos ásperas pero hay paz en la casa.
Mientras en ricos guantes tú las tuyas enfundas
yo, por llenarme todo de asperezas fecundas,
quisiera veinte manos en lugar de estas dos.
pues si pulir un rumbo me dejó tales huellas,
después de haber pulido la luz de las estrellas
qué ásperas las manos le habrán quedado a DIOS!!