Texto publicado por Toten Dos punto Cero

23ª edición - Silvita, yo y mi otro yo

Toten 2.0 presenta:

TOTEN Y LA REVANCHA VIRULENTA DE LOS ESPASMÓDICOS PITUFOS EXCESIVAMENTE MALDITOS DE LAS GALAXIAS RECIENTEMENTE IMPLOSIVAS DEL INFIERNO ESPANTOSO

23ª edición – Silvita, yo y mi otro yo
Holaaaaaaaaaa!!!!!!!

Posiblemente hoy, alguna personita descubrió el viaje en el tiempo, fue hacia el pasado, se mandó una hermosa cagada, y ahora se deformó todo tanto tanto, que me sentí inspirado rápidamente para escribir un nuevo y ominoso artículo. En esta singular ocasión, me referiré irrefutablemente, a todas esas vocecitas que nos acompañan a los neuróticos, gracias, en gran parte, al verdaderamente jodido super-yo.
¿Que de qué estoy hablando? En un alto porcentaje, no tengo la menor idea; pero por otro lado, como hice ya tantas agotadoras veces, me dedicaré a ennumerar las distintas voces que nos persiguen incansablemente todos los días, en nuestra sencilla cotidaneidad.
a) Yo-malo: Esta vocecita es la que muchas veces nos dice: “Toten, Toten, la verdad que sos un guacho: ¿cómo le vas a decir a Silvita que no te gusta la forma en que se ríe? ¡si es lo único que sabe hacer!” Este tipo de pensamiento verbal, está atento a todas nuestras actitudes reprochables. Siempre está listo para acusarnos, martirizarnos, nos reprende, nos advierte, nos amenaza, y nos hace sentir…bueno…tal como somos ¿no?
b) Yo-Shakespeare: Esta vocecita alza su tonalidad lastimera en esos momentos clave, donde necesitamos sentir que todo es un gran drama, que la vida no tiene sentido, somos la víctima de todo y todos, que úno ya tiene ganas de dejar de sufrir, pero tanto sufrimiento no se lo permite. La acongoja es interminable, el malestar continuo, todo es dolor y angustia. “Aaaaayyy yo, ¡pobre de mí! ¿¡qué habré hecho para merecer esto!? Nada tiene sentido. Como Julieta, seguiré a mi amado Romeo al mismísimo infierno…me comeré esta hamburguesa llena de mayonesa, y explotaré de tanto colesterol…¡oh Dios! ¿¿¡¡por quéeeee a míiiiii!!!??? (crunch crunch crunch) ¡¡Por quéeeeee!!! (crunch crunch crunch) ¡¡¿por qué mi pensamiento también mastica…!!? (crunch crunch crunch)”
c) Yo-langa: Cada tanto, aparece esta vocecita más firme, con más empuje, más férrea, que nos remite a que caminemos hacia el espejo para expresarse: “Sí papá, estás hecho un toro. Ni lo dudes, esta es tu noche. Mirate, esa barba seductora, esa sonrisa encantadora, esos dientes un poquito amarillos pero van bien, esas ojeras que podrían estar mejor…esa pelada que más bien ponete una gorra…ese grano en…¡Papá! ¡Otra noche será tu gran noche!”
d) Yo-Maradona: En ciertas ocasiones, alguna de esas vocecitas anda medio mareada, y nos habla de “él” o “ella”. Suele ser un poco confusa, y no terminamos de saber si lo hace para que tengamos una perspectiva propia desde fuera, o porque no se quiere hacer cargo de quien somos: “El toten es un groso. El flaco le dijo a Silvita que se mudaba y se llevaba los pitufitos bien lejos. Lo que no le dijo el Toten, es que se los lleva bien lejos de donde se muda…”
e) Yo-inseguro: Esta susceptible vocecita, anda un poco sentimentalucha, dando vueltas en nuestro aparatito psíquico un poco trastabillante, pero nos habla para que sepamos lo desquiciados que podemos llegar a estar: “¡¡¡Síi!!!! ¡qué grande!!! Ya mismo me voy a rayar los autos estacionados en la senda peatonal con el dorso de mis llaves. Ya van a ver esos hdp de lo que soy capaz. Mmm…¿y si me ven? ¿qué hago? Mirá si viene un gordo grandote y me pregunta que carajo estoy haciendo con su auto. Yo le puedo decir…QUE ES UN GORDO DE MIERDA QUE NO SABE ESTACIONAR COMO CORRESPONDE Y QUE SE CAGA EN LOS DEMÁS Y QUE…mmm…¿y si me mete una trompada?...Si me mete una trompada salgo corriendo Y LO DENUNCIO Y LE CAIGO CON TODA LA POLICÍA ENCIMA Y QUE LO MULTEN Y QUE…mmm…¿y si él es policía? ¿me meterá preso? ¡¡No importa!!! HARÉ UN ESCÁNDALO DESDE LA CÁRCEL PARA QUE APAREZCA EN TODOS LOS NOTICIEROS Y QUE…¿y si mis compañeros de celda se encariñan con mi frágil cuerpito?...”

Suele sucederme que a la quinta categorización en cada artículo me aburro, y aquí no encuentro motivo para cambiar mi postura. Hay muchas más voces dentro de nosotros, pidiendo, exigiendo, calmando, dando fuerzas, implorando piedad, riendo, agonizando, esperando, y todas ellas son sólo una. Es aquella voz que nos aconseja y nos hace meter la pata al mismo tiempo. La que nos dice “¡dale!” y al mismo tiempo nos exclama “¡no boludo…!”. Esa voz somos nosotros mismos, todo lo que aprendimos y nos falta aprender, todo lo que heredamos y dejamos de lado, es nuestro reflejo hecho palabras, es ese pequeño lugar donde nos expresamos continuamente pero nadie nos escucha. Ese hermoso santuario donde podemos decir todas las barbaridades que se nos vengan en gana, y nadie más que ella misma, nos puede poner los puntos: “¡Toten! ¡guardate eso que pasá vergüenza che!”

¡¡¡¡¡¡adiós!!!!