Texto publicado por Mari Carmen López
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Aquí están las paginitasssss......je....je.....je......
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Otro error frecuente es rechazar o menospreciar los cuentos de hadas por ser
literatura de niños, irreal y en exceso fantástica. No todo lo verosímil es verdadero, y
un cuento puede que no sea verosímil, pero puede ser la representación de una reali
dad determinada.
El aprendizaje que supone el cuento de hadas no es en absoluto desdeñable.
Es una lectura vitalista y optimista, siempre necesaria. No nos pone una venda en los
ojos, sino que nos enfrenta a la realidad.
Entre sus muchos mensajes nos enseña que la vida, aunque pueda en ocasio
nes resultarnos muy dura y llena de obstáculos, merece la pena vivirla y que si ponemos
toda nuestra fuerza y coraje puede ser que logremos aquello que buscamos. Los
cuentos potencian nuestra fantasía, la imaginación, y nos capacitan para buscar posibles
salidas a nuestros problemas. Nos demuestran que la vida es dura, pero podemos
avanzar, que el mundo no es perfecto, y nunca lo será, pero lo podemos mejorar; nos
enfrentan a las injusticias, al mal, al sufrimiento, y nos anima en la lucha porque con
valentía podremos superarlo.
El cuento de hadas no pretende engañarnos, no nos dibuja un mundo color de
rosa, aunque muchos lo crean. Las madres mueren, las madrastras son crueles, los
ogros y las brujas intentan siempre hacer daño al héroe, hay padres que abandonan
a los hijos porque no tienen qué darles de comer, abuelitas que están enfermas, niños
y niñas que tienen que trabajar desde pequeños, etc., pero, pese a todo, siempre se
puede ser feliz, siempre se pueden superar los obstáculos. Si el final es feliz no es por-
que todo sea fácil, sino porque el protagonista se arriesga, no tiene miedo y, si lo tie-
ne, se enfrenta, se rebela y lucha con todas sus fuerzas. Esta lucha sin cuartel es la que
permite que el héroe no sucumba, porque muchos
enemigos intentan por todos los medios que no logre
sus propósitos.
Algunos pretenden ver cierta moralidad detrás
de los cuentos de hadas. Siempre están enfrentados el
bien y el mal, la justicia y la injusticia, el amor y el
odio, la alegría y la tristeza, y siempre vencen los va
lores positivos. Ésta puede ser una posible lectura, pero
más que enseñarnos una ética nos enseña que hay que
apreciar la vida por sí misma y aferrarnos a ella.
Otra crítica cada vez más de moda son las pos
turas feministas. Puedo estar de acuerdo con las femi
nistas en que los cuentos de hadas muestran un mun
do de hombres donde el único papel de la mujer es
limpiar, hilar y esperar a que el príncipe venga a sal
varnos casándose con nosotras. Es cierto, los cuentos
así miradas son machistas. Muestro sin embargo mi
desacuerdo al opinar que no por ello debemos cam
biar los cuentos, sino hacer todo lo posible para cam
biar la sociedad que reflejan, y cuando ésta cambie
por propia evolución, cambiarán los cuentos.
El contar cuentos es una costumbre
antigua. En todas las culturas ha habido una
necesidad de contar sus hazañas, por ello
surgió la épica. Los celtas ya contaban relatos
a la manera que hoy conocemos, pero como
modalidad escrita los cuentos de hadas no
surgen hasta el siglo XVII. En 1697, en Francia,
Perrault publica sus cuentos, al igual que Les
Cantes de Fées de Mme. d' Aulnoy, iniciando
la tradición escrita de los cuentos de hadas.
Aunque hasta esta fecha no se ponen por es
crito, ya hacía un siglo que se contaban en
los salones de la aristocracia.
Los primeros cuentos de hadas tenían
una función de crítica social y reflejaban el descontento de la sociedad: criticaban el
orden establecido, el sometimiento a las órdenes del rey, los matrimonios apalabrados
y sin libertad para los contrayentes, etc. En éstos las mujeres eran protagonistas y de
mostraban que también ellas podían ser valientes, rebeldes y podían luchar contra el
mal.
Los cuentos de Perrault tienen un encanto añadido, sus comentarios, algunos
muy ácidos burlándose de las mujeres, de la sociedad. ¿Habría por ello que tacharlo
de machista? Puede que sí, pero también llena sus páginas de heroínas más que de hé
roes.
El siglo XVIII, el siglo de las luces, de la Ilustración, del saber, intentó convertir
por todos los medios la literatura en una escuela de buenas costumbres. Además de en
tretener la literatura debía enseñar, relegando a los cuentos de hadas a la literatura in
fantil y juvenil.
En esta época se ponen de moda las fábu-
las, las moralejas, despojando a los cuentos de la
en cuentecitos di
crítica social y convirtiéndolos
dácticos y moralizantes. Con la excusa de enseñar
dejaron muy claro a la sociedad cómo había que
actuar y establecieron cuáles eran los roles de sus
personajes. El bien lo encarnaba la niña que cosía,
relegando a las heroínas a un ámbito doméstico,
Blancanieves sirve a los enanitos, Cenicienta limpia
el hogar, etc., y sobre todo, el fin de toda mujer es
el matrimonio; la felicidad consiste en encontrar un
hombre que se case con nosotras, el matrimonio es
felicidad, y, ¿cómo no?, la virtud representa un gran
valor.
En los cuentos que nos contaron de niño
están mezclados los cuentos de hadas y las fábulas,
para com-
por lo que creo oportuno distinguirlos
III/a 1'1;'''''' I/ltulli¡lIl't1 riel
IIIII/U)", ()omle¡'lIe",~' .Y
lIIal'M o ,'errill.ll'~' .Y
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,,1 (.illllll 'lile
prender a qué me estaré re
cuando hable de
firiendo
cuentos de hadas.
Una fábula es una
en
composición
breve
verso o en prosa, cuyos
personajes son normalmen
te animales u objetos inani
mados. El fin de las fábulas
es demostrar
tradicionales
una verdad moral, siempre
en forma de advertencia o
consejo. En España el siglo
XVIII es el gran siglo de las
fábulas, con Iriarte y Samaniego,
que recogieron a su
vez las fábulas de Esopo
(fabulista griego del siglo VI
a. Cl, de Fedro (fabul ista
latino del siglo I a. Cl y de La Fontaine, escritor francés del siglo XVII.
En nuestra infancia nos contaron muchas fábulas a modo de cuento, lo que
dificulta su distinción. En la fábula los personajes son animales y lo que interesa del
final no es que sea feliz, sino que eduque. Probablemente una de las fábulas más
famosas sea la historia de la cigarra y la hormiga, que pretende enseñarnos que debemos
ser previsores, como la hormiga, por si nos vienen malos momentos.
Los cuentos de hadas coinciden con las fábulas en que on breves composicio
nes en prosa, pero los cuentos tienen un componente fantástico que los caracteriza. En
estas historias pueden aparecer animales, humanos y un sinfín de personajes sobrenatu
rales, duendes, dragones, genios, bru
jas, ogros, aunque los humanos suelen
ser los protagonistas. Estos relatos no
tienen un fin didáctico, o al menos no
es su primer fin, lo que pretenden es
entretener y divertir y el final del relato
siempre será feliz.
Si en las fábulas dos o varios
animales actúan y conversan para en
señarnos una verdad moral, en los
a un
cuentos de hadas encontramos
héroe o heroína enfrentado a muchos
peligros que supera con esfuerzo, en
contrando por fin la felicidad.
La mayoría de los relatos de
nuestra infancia son cuentos de hadas:
En I,~f mento,f de hada,'
torJo e.' po"iMe, ya qne nI
lado rJeella,f pneden
aparecer al1úl1nle~'J
IJeI;f(I//tl,f y torJo t(i'O rJe
de orden
per,'onaje,'
,whrenalnm!
CO}}/,I
duende,', rJm.qone,',
.qelllil.l, hrujn,f, oqra,' ...
Blancanieves, Cenicienta, Caperucita Roja, El Gato con Botas, Pulgarcito, Barba Azul,
Hansel y Gretel, etc.
Hay otra serie de relatos que, aunque hablan de hadas, no son cuentos de ha
o populares fantásticos. Coinciden con los an
das, sino que son relatos tradicionales
teriores en que también se cuentan de generación en generación y que todos los co
nocen, pero no son cuentos de hadas. En estos relatos no tiene por qué haber un héroe
que se enfrenta y venza, tampoco tienen que tener un final feliz, de hecho en su ma
yoría son relatos trágicos. Suelen ser leyendas locales que se acaban narrando a modo
de cuento y que pretenden demostrar la existencia de esos seres. Tienen en común es
tas historias que se intentan contar como verídicas, señalando el lugar, los nombres, e
incluso se dice que talo cual conocido lo vio, para añadir verosimilitud.
En los cuentos de hadas, por el contrario, no importa el nombre de la niña o
del niño. Los protagonistas suelen tener un nombre genérico que coincide con una de
sus características: Caperucita llevaba una caperuza roja, Blancanieves era muy blan
ca de piel, Cenicienta estaba así porque tenía que trabajar mucho y se ensuciaba con
la ceniza de la chimenea, Pulgarcito era tan pequeño como un dedo, etc., y tampoco
nadie pretende hacemos creer que en realidad sucedieron.
Estos relatos de tipo tradicional abundan sobre todo en la Europa nórdica y en
las islas británicas, lugares donde sus habitantes creen firmemente en la existencia de
los seres mágicos.
En los libros de cuentos infantiles se agrupan igualmente cuentos de hadas con
fábulas y relatos tradicionales. Esta mezcla se justifica porque lo importante para el
niño es que la lectura fomente su fantasía y que se divierta y disfrute con la literatura,
pero sí es necesario para el adulto comprender que estamos ante distintos géneros y
poderlos distinguir.
El criterio que he empleado para la elección de los relatos es que tengan hadas
de que
como protagonistas o que sean uno de sus personajes, independientemente
sean cuentos de hadas, rela
leyendas o
tos tradicionales,
Cual
animados.
dibujos
quier historia que aporte da
tos sobre las hadas que ayu
nos
den a su descripción
me
será válida. Tampoco
su procedencia,
importará
puede ser un
lo mismo
cuento celta que un dibujito
de Disney, porque lo impor
tante es ilustrar el mundo
que les quiero mostrar.
EI/ lo(la,' la,. mltl/m,' del
(Je contar cuento ..', e.' UlIll
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27
¿EXISTE EL ~ÍS
Al principio
municación.
Sidhe:
~ce
ven no despertó:
-iQué
sacarla.
DE IJfS H]IDJ[s?
Sido. alguien ¿Existeal elfinal Paísdedeeste las Hadas? capítulo Pues espera no encontrar lo sé, pero respuesta no por esoestá lo niego. muy equivocaEs
como
si queremos tener la certeza de que estamos solos en el mundo. ¿Hay vida más allá de
la muerte?, ¿existen los ovnis?, ¿hay vida en otros planetas? Pues tampoco lo sé, y tam
poco creo que al terminar este libro haya encontrado la respuesta.
de los tiempos, los hombres y las hadas compartían el mismo
el ruido y las ca
medio. Luego con la llegada de los avances técnicos, la civilización,
rreteras. Poco a poco el hombre se fue alejando de la naturaleza, y también de las ha
das, que se vieron obligadas a refugiarse en otros lugares. Unas asentaron sus reinos
bajo las colinas o dentro de cuevas, otras construyeron palacios de cristal bajo los ríos
o en el interior de los océanos, otras se escondieron en las fuentes, otras entre los bos
ques, separando su mundo del de los hombres y rompiendo paulatinamente
toda co
No tuvieron mal gusto las hadas para ir a refugiarse. Escogieron el norte de
Europa, sobre todo sus costas, los lagos escoceses, las colinas irlandesas, los bosques
daneses y el norte de Francia. En España eligieron Calicia y Asturias, de tradición celta.
El hecho de que eligieran estos lugares no excluye la posibilidad de que podamos
encontrar hadas en otros lugares.
Un precioso relato irlandés nos describe las colinas en las que vivían las
muchos años un rey elfo se enamoró de una joven humana, la hermosa
Ethna, la muchacha más linda que había sobre la faz de la tierra. La muchacha vivía
feliz en Irlanda y preparaba con ilusión su boda con un elegante noble. Sus amigos y
conocidos celebraban con ella el banquete nupcial y su marido bailaba en el salón re
Preocupado,
galándole tiernas miradas. La casa estaba adornada con guirnaldas de colores y miles
de luces iluminaban el salón. Ethna bailaba con un amigo de su infancia cuando un
torpe traspiés dio con la joven en el suelo. Se formó un gran revuelo y su marido se
acercó a recogerla, pero no volvía en sÍ, había perdido el conocimiento.
su marido la cogió en brazos y se la llevó a su alcoba. Hasta la mañana siguiente la jo
extraño sueño he tenido! -pensó la joven-o Vivía feliz en un gran pa
lacio. Muchas personas me rodeaban y yo era la dama de un importante rey.
Ethna intentó levantarse, pero no pudo. Intentó hablar, pero tampoco pudo.
Ante los ojos atónitos del marido cayó en un profundo trance del que nadie logró
La" baria,' ,'e "t'flt/mml/
{iel b"lIIhre cl/l/lld" ¿'le ,'e
(ieml/ftí p"rla "i{ia
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CIII/e,rliíl/ ell//III/{)" cele"le
y el terre"lre.
30
Su marido llamó a los mejores médicos y pronto acudieron a su alcoba, pero
ninguno consiguió dar con la cura. La joven respiraba bien, incluso parecía en paz,
pero nunca despertaba.
Una noche, en un descuido del marido, Ethna desapareció. El noble la buscó
desesperadamente. Un mes después de su desaparición, camino de un pueblo cercano
en el que se decía que había un bosque milagroso, escuchó un rumor entre las
hojas:
-Finvarra parece que ha encontrado pareja. Ha raptado a la mortal má her
mosa de la tierra y sólo ha dejado su cuerpo. Si su marido supiera que podría liberarla
cavando la tierra hacia el interior hasta dar con el palacio de Finvarra, que se esconde
en el interior de esta colina, seguro que Finvarra no estaría tan contento como
está.
El marido no podía caber en sí de gozo. Regresóa casa y llamó a algunos amigos
suyos. Lescontó lo que había oído y les pidió que le ayudaran a rescatar a su esposa.
Una hora después cinco hombres cavaban la tierra hasta hacer un enorme agujero.
Llegó la noche y el cansancio, y tuvieron que dejarlo para continuar a la mañana
siguiente. Pero la mañana guardaba una sorpresa: la tierra estaba intacta, como si nunca
hubieran cavado. De nuevo empezaron los cinco amigos a cavar y de nuevo llegó
la noche y el cansancio, y descansaron. A la mañana siguiente la tierra volvía a estar
intacta, como si nunca nadie hubiera cavado. Estabandesanimados y el marido más
triste que ninguno, ¿para qué cavar si no servía de nada? Agotados por el esfuerzo se
echaron sobre la hierba para descansar.Un rumor informó de nuevo entre las hojas:
-Finvarra es muy poderoso y puede volver la tierra a su sitio. Pero la sal es aún
más poderosa que Finvarra.
y el noble tuvo una idea. Pidió a sus amigos que le dieran una nueva oportu
nidad y todos cavaron hasta el atardecer. Al anochecer descansaron, pero antes de ha-
cerlo, echaron sal sobre el agujero. A la mañana siguiente todo estaba como lo habían
dejado, con un agujero en la tierra. Esto les alegró y les animó a seguir cavando todo
el día. Tresdías enteros estuvieron cavando y cada n che, al terminar, cubrían la tierra
de sal. Al cuarto día uno de ellos gritaba:
-Mirad,
aquí ya no hay tierra,
golpeo con mi pala y suena como si retumbara,
creo que estamos a punto de
llegar a su casti110.
En ese momento una voz gra
ve rugió en la colina, aunque ninguno
pudo ver de dónde salía la voz.
-Deteneos, coged vuestras
palas y volved a vuestras casas. Os
prometo que si no continuáis cavando,
esta noche Ethna regresará a su
casa.
Los hombres asintieron. Sabían
que Finvarra les decía la verdad, porque
si una pala humana tocaba con su hierro
el palacio, éste se destruiría.
el marido escuchó un nuevo rumor:
el 11,'l'ecto {)e II1'!
A""'I"e
harJl1'! e,' III"Y h"lIIl1l/o,
el/a,' ¡JIMeel/ "1/11,' re.r¡la,'
y /l/11MI'o{)ere,' f"era de lo
il/('{IIII¡JI'l'I/"I¡'le ••1'111'11el
h'Jlllhre.
........_---
Esperaron a que oscureciera.
Cuando se puso por fin el último rayo de sol vieron
a lo lejos que se aproximaba un caballo. Era
Ethna, más hermosa que nunca, más radiante aún
que la noche de su boda. Su marido la abrazaba
y la besaba, pero Ethna no hablaba, y el joven
pensó que sería del cansancio. Pasaronlos días,
y los meses, y hasta un año, y Ethna seguía sin
hablar. Un año y un día después de su regreso,
cuando los dos paseaban alegres por el campo,
-Finvarra devolvió a la muchacha, pero se
quedó su corazón. En su vestido oculta un pasador
encantado que la une todavía a Finvarra. Si logran
encontrar el pasador, desatarlo, prenderle fuego y arrojar
las cenizas ante su puerta, se romperá el encantamiento
y Ethna volverá a ser de nuevo mortal.
y así lo hizo. Cuando se hizo de noche y su mujer dor-
mía, miró su vestido y encontró escondido entre suspliegues un hermoso
pasador de oro. Le quitó el pasador, le prendió fuego y arrojó las
cenizas ante su puerta. A la mañana siguiente la hermosa Ethna despertaba de
su sueño:
-Mmmmm, ¡qué bien me siento! Pareceque hubiera dormido durante meses.
-¿Estás bien? -le preguntó su marido.
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En sus tierras no conocen ni el frío ni el calor, las sequías ni las heladas. El
clima es templado, lo que propicia una vegetación variada, árboles frondosos, frutales
colmados de fruta, jardines con flores de todos los colores y un aroma suave y
delicado. Dicen que de día el sol luce de modo deslumbrante, de noche el brillo plateado
de la luna ilumina la oscuridad. No conocen la enfermedad y el tiempo trans
curre lentamente, tan lento, que casi se diría que no transcurre, por eso no se enve
jece, o se tarda mucho en envejecer. Un día en el reino de las hadas equivale a un
año mortal.
La siguiente historia trata de explicar la equivalencia del tiempo entre el Paí
de las Hadas y el nuestro.
muchos años las hadas raptaron a un
~ce
hombre y lo llevaron a su país. Como las hadas son generosas lo aceptaron bien,
pero el hombre añoraba el lugar y las gentes que conoció. Un día la tristeza y la año
ranza le hicieron escapar. Las hadas trataron de impedirlo por todos los medios y el
hombre tuvo que superar innumerables pruebas. Cuando ya casi había sucumbido y
las fuerzas le empezaban a abandonar, se dio cuenta de que lo había conseguido y
que había vuelto a la tierra que lo vio nacer, pero cuando llegó no la reconocía. Todo
había cambiado. Llamó a la puerta de viejos amigos, pero nadie le abría. Acudió a
la casa en la que vivió durante años, pero otra más moderna ocupaba su lugar. Ha
bían pasado cientos y cientos de años desde su partida y ya nadie le conocía.
Pero un lugar no es sólo un trozo de tierra sobre el que mantenerse, el paisa
je también lo conforman los árboles y animales que habitan en él. En el País de las
Hadas la naturaleza tiene sus poderes y los seres feéricos la protegen.
La fauna que recorre las tierras féericas es muy variada. Podemos encontrar
los mismos animales que pueblan nuestros bosques, como ciervos, cabras o venados,
pero también se descubren animales desconocidos por el ojo humano. Entre las
distintas especies unas son benéficas para los hombres y conceden sabiduría, conocimiento,
paz o fecundidad, otras son salvajes y peligrosas.
Las hadas utilizan a los animales de un modo similar al hombre: amaestran
a los perros, cuidan los rebaños, montan en caballo y domestican a distintas espe
cies para que les sirvan de compañía y ayuda en el campo.
El caballo es uno de los animales más queridos por las hadas, sobre todo los
más pequeñitos, con los que participan en las cabalgatas. Hay un caballo acuático
con poderes sobrenaturales que sólo podemos encontrar en el País de las Hadas. Estos
curiosos caballos viven en el mar y salen a la superficie en el mes de noviembre,
trotando por playas y campos. Son unos corceles espléndidos, de galope veloz y buena
planta. En la leyenda de Ossián, Niamh le deja a Ossián uno de estos caballos
para que pueda volver a su casa.
Estos corceles encierran un gran peligro. Si en alguna ocasión se encuentra
alguno, debe arrastrarlo hacia la tierra e impedir que se vuelva y vea el mar porque,
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si lo ve, se revuelve y arrastra con él todo lo que lleve. Algu
nos relatos cuentan historias de hombres que, montados en
violentamente
hacia el mar
sus grupas, fueron conducidos
hasta morir ahogados.
El perro es uno de los animales domésticos favoritos de
las hadas. Los adiestran para que les ayuden con el rebaño y las
acompañen en la caza, una de las aficiones preferidas de las
hadas aristocráticas.
Entre las razas de perros que se encuen
tran en el País de las Hadas destacan dos, los sabuesos de la co
Iina y los perros negros.
Los sabuesos de la colina son de pelo blanco y de ojos
y orejas de color rojo. Son de un tamaño mayor al normal y son
perfectos para la caza por su fino olfato.
Los perros negros no han podido ser domesticados to
davía, por lo que son muy salvajes y violentos. Son aún más
grandes que los sabuesos de la colina y estallan si alguien los
golpea.
Un animal habitual en los cuentos de hadas es el gato, que retratan como un
ser muy inteligente, no hay más que ver las artimañas urdidas por el gato con botas
para ayudar a su amo. La primera versión española de este cuento de Perrault se pu
blicó con el nombre de Micifuz el de las botas.
Algunos relatos narran la aparición de un grupo de gatos con caras de perso
nas y que son siempre un mal augurio, incluso se habla de la existencia de un pueblo
élfico en el que todos sus habitantes son gatos con rostros humanos.
El gato es un animal con connotaciones
mágicas en nuestra cultura. Cruzarse
con un gato negro por la calles es augurio de mala suerte, y si además lo lleva una bru
ja, será sinónimo de astucia y maldad.
La.' ha(Ja,1prole/¡ell a
tO(J,M11Mallimale,', pero
a,me.,
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Un gato peculiar que habita en el País de las Hadas es el llamado «Orejas gran
des», de aspecto terrífico y peligroso, que podemos invocar si queremos que aparezca.
Otros animales conceden poderes y dones benéficos para el hombre. Algunos
peces aumentan la fertilidad. Los salmones, por ejemplo, abren los ojos humanos y
permiten ver el mundo élfico, además de conceder la sabiduría.
Muchos otros animales coinciden en ambos mundos, como las águilas y hal
cones, los lobos, los osos, las cabras y los ciervos, que también están protegidos por el
mundo feérico.
Una peculiaridad propia del mundo de las hadas les permite convertirse en ani
que pueden transformarse en otros seres, como en sirenas,
males, y así comprobamos
mitad mujer mitad pez; roanes, mujeres que ocultan su cuerpo bajo una piel de foca;
hadas que se convierten en serpientes un día a la semana, como Melusina; cisnes que
se transforman en doncellas a luz de la luna por un hechizo, como narra el ballet de
Tchaikowsky El lago de los cisnes; mujeres con patas de cabra como las lamias, etc.
En los cuentos rusos son muy frecuentes estos cambios y entre los posibles
animales, sus personajes prefieren convertirse en palomas, halcones y perros con po
deres sobrenaturales, al igual que en las narraciones de las Mil y una noches.
Las plantas también juegan un papel determinante en el País de las Hadas. Des
de la más diminuta flor hasta el árbol más frondoso puede esconder un poder peculiar
que lo hace mágico y diferente.
En el cuidado de los bosques las hadas ponen un empeño especial, sobre todo
en la protección de los árboles, su morada predilecta. En ellos se esconden y arropan.
Prefieren los de mayor antigüedad y, entre los más antiguos, eligen el roble, el fresno
y el espino, aunque este último es en realidad un arbusto.
El roble, el fresno y el espino son árboles protegidos por las hadas, árboles sa
grados, por lo que se corre un gran peligro si se tala uno sólo de ellos. Algunas histo
de los hombres para talarlos, al convertirse el hacha o la
rias narran la imposibilidad
sierra en plastilina. Otros relatos cuentan cómo se escucha o un grito que impide que
el hombre pueda cortarlos. Los más imprudentes prefi
rieron ignorar este aviso, pero hoy ya no pueden con
tarlo.
El roble es el árbol sagrado por excelencia y
uno de los refugios preferidos por las hadas. Su ma
dera es muy fuerte y durarera, lo que favorece que se
sientan muy seguras en su interior. Hace ya mucho
tiempo los druidas le rindieron culto y estaban con
vencidos de que los robles pertenecían a una antigua
categoría de semidioses.
El fresno es un árbol también muy estimado
porque protege contra los malos espíritus. Cuentan que
si en tu casa te atreves a quemar una sola ramita de fresno,
la casa entera saldrá ardiendo.
Un arbusto protegido por las hadas es el espino, so
bre todo el espino blanco o también llamado Espino Albar,
que concede a las hadas poderes mágicos. La magia de las
hadas está asociada al espino, por lo que si lo destruyes
estás privando a las hadas de parte de ellos.
El poder de estos árboles aumenta cuando se
encuentran juntos. Si se une con hilo rojo las ramas
de un roble, de un fresno y de un espino, estamos
creando una fuerte protección contra los malos
espíritus.
En el cuento La Bella Durmiente
del Bosque de Perrault, la princesa
cayó dormida cuando se pinchó con
el huso de hilar. Junto a ella se..........
(Aquí corté)