Texto publicado por Patricia

Sueño activo

Pasan las horas y sigo en vela. Hace frío incluso bajo las mantas. Un suspiro de frustración se abre paso entre mis labios y alcanzo el libro de la mesilla junto con mis gafas. ¿Distracción? Consciente puede ser. Sin embargo mi corazón permanece inquieto y el sueño no me acecha. No me preocupa, sé que se trae entre manos. Está trabajando en algo importante y necesita tiempo.

Siento al cansancio asomar la nariz. La resistencia se ha ido también así que dejo el libro y las gafas en su sitio y me acomodo. Sin embargo sé que no dormiré todavía. Estiro un brazo y recorro la almohada con las manos. Por un momento mis dedos rozan tu rostro y percibo una pequeña sonrisa asoma en él. Bien, funciona.

¿Sabes? De alguna forma tu y yo somos dos y somos uno al mismo tiempo. Hay cosas que nos separan y nos llevan por sinuosos caminos pero incluso en esos momentos tendrás una parte de mi contigo. Mi sueño te seguirá visitando cargado de ánimo, fuerza, ilusión, confianza, cariño... Todo lo que necesites y un poco más.