Texto publicado por El Atlante

Tópicos falsos sobre los inmigrantes.

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Estoy francamente harto. Harto de vivir en un país en el que muchos se obstinan en ser xenófobos y encima buscan argumentos que sustenten sus lamentables
principios. Son diversos los “argumentos” esgrimidos por muchos adalides de la pureza cultural y cromática de un país que, históricamente, ha sido fuente
inagotable de riadas de emigrantes hacia otros países, siempre más desarrollados. Parecemos olvidar con facilidad, parecemos querer olvidar para dar rienda
suelta a nuestros más bajos (e infundados) temores. Estos defensores de España, de esa España que se pronuncia con una acusada pausa entre la primera sílaba
y el resto, recurren a aseveraciones improbables cuando no falsas para refrendar sus acometidas racistas y xenófobas. Según ellos, “los inmigrantes son
gente sin formación, incultos, casi analfabetos”. “Vienen”, dicen esos mismos ‘patriotas’, “a robarnos el trabajo y a aprovecharse de nuestra seguridad
social”. “Las cárceles están llenas de inmigrantes porque son unos delincuentes”, insisten en su perorata.
Parecen andar sobrados de argumentos. Tantos como prejuicios. Pero de lo que no andan sobrados es de datos que confirmen sus teorías apocalípticas. Los
de
Canal Solidario
y
SOS Racismo
sí que tienen esos datos. Y, curiosamente (o no), desmontan todas estas teorías y argumentaciones malsanas. Aquí les copio el texto íntegro de un pequeño
pero lúcido post que los primeros publicaron
aquí.

Cita
“Los inmigrantes abusan de la seguridad social porque en sus países no tienen”, “los inmigrantes son gente sin estudios”. A raíz del Día Internacional contra
el Racismo y la Xenofobia, hemos pedido a SOS Racismo algunos datos para abordar tópicos que están hoy en la calle.

>> Educación: “Los inmigrantes son gente sin formación“. Según el informe Perdiendo oportunidades, dirigido por Adela Ros, las personas procedentes de Europa
del Este y Latinoamérica tienen, de media, una formación superior a la española.

>> Salud: “Los inmigrantes abusan de los servicios médicos de la seguridad social porque en sus países no tienen“. Según la Sociedad Española de Medicina
Sanitaria (semFYC), Las personas inmigradas van al médico la mitad que las autóctonas: representan el 10% de la población española, pero sólo el 5% de
los pacientes. Pese a que muchas de ellas sólo pueden acudir a urgencias (porque no tienen tarjeta sanitaria), representan el 5% del servicio. Del gasto
sanitario, sólo un 4,6% es atribuible a atención a personas inmigradas.

>> Seguridad Social: “Los inmigrantes se aprovechan de la seguridad social y sacan beneficio de nuestro Estado del Bienestar“. Según datos proporcionados
por Joan Oliver, catedrático de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), la diferencia entre las aportaciones a la Seguridad Social y el gasto originado
por la población inmigrada, supuso en 2008 un beneficio de 5.000 millones de euros para el Estado español.

>> Criminalidad: “Las cárceles están llenas de inmigrantes, porque delinquen más“. Explica Iñaki Rivera, director del Observatorio del Sistema Penal y los
Derechos Humanos de la Universitat de Barcelona (UB), que es cierto que en las cárceles españolas hay un alto porcentaje de población inmigrada (35%),
pero que ello no se corresponde necesariamente con un alto porcentaje de población que delinque en comparación con la autóctona: “los inmigrantes sufren
con más rigor toda la cadena del sistema penal, desde su detención hasta el cumplimiento de la pena. Proporcionalmente, la policía los detiene más y los
jueces sentencian más cárcel preventiva contra ellos porque no tienen domicilio conocido, por riesgo de fuga o por falta de arraigo social o laboral. Además,
como no pueden pagar la responsabilidad civil del delito, no disfrutan de permisos”.

Final de cita

¿Suficiente? ¿Será necesario tener una vez más la misma discusión con alguien que no quiere ver la verdad? ¿Deberemos todavía insistir en estos conceptos
tan básicos pero aparentemente tan olvidados? Esperemos que no, esperemos que en el futuro los racistas y xenófobos acepten que lo son de corazón, y no
de cabeza, que su incultura les empuja a ello, pero que no nos vengan con milongas, supercherías y teorías infumables, que no intenten convencernos de
las excusas que a ellos les gustaría poder esgrimir para explicar su atolondramiento y desubicación en una sociedad moderna.

Marc Ambit