Texto publicado por pablo peña

el hombre y la bolsa de mandado

hace algún tiempo, un hombre que estaba falto de recursos domésticos, fue al mandado muy contento porque era un día hermoso. el hombre seleccionó una caja con botellas de un detergente fuerte y fino, seleccionó la comida, compró un tapete, un ventilador y una serie de cosas mas. a la hora de la salida, el cajero puso todo por separado, y metió la comida en una bonita bolsa de mandado. le hiso un nudo apretado para que no se saliera de la bolsa, y con una sonrisa en todo el rostro, se la devolvió al cliente, que satisfecho por su compra, se dirigía a su casa. al llegar, desiso el mandado y lo puso en su respectivo lugar. dejó la verdura y los comestibles para el final, pues los detergentes los avía dejado en la mesa a falta de un lugar mejor para dejarlos, y era consiente que si una gota caía sobre su trabajo que tenía a medias, se echaría a perder tendría que comensar de nuevo. finalmente, fue a guardar las verduras. pero....., avía un problema. cuando quiso abrir la bolsa, se dio cuenta que estaba bastante bien apretado el nudo. trató con las uñas y con los dientes. no pudo, y pensó en romperla. pero se contuvo de hacerlo, porque no era algo muy productivo, sobre todo porque la bolsa podría reutilisarce. entonces, haciendo acopio de una enorme pasiencia, el hombre fue clavando sus escasos milímetros de uñas en el nudo, hasta que pudo hacer un hueco suficientemente amplio para un dedo. metió uno de los dedos, y tirando con fuerza, logró abrir la bolsa. empaquetó todo, y se dirigió a descansar. moraleja. abrá veces en la que la vida te de problemas con nudos tan apretados que no puedas abrirlos a la primera, y probablemente no a la segunda ni a la tercera. pero con pasiencia, y con calma, puedes abrir ese nudo de esa bolsa, y dejar salir a los problemas para que no vuelvan en un largo rato. después de esto, descansa. pues aunque se an hido, nada te dice que no volverán. escrito por mi.