Texto publicado por Rody Armando Mora

Estar en comunicación con el dolor.

 
La mayoría de nosotros no está en comunión con nada. No estamos en comunión directa con nuestros amigos, con nuestra esposa, con nuestros hijos [...].
Para comprender, pues, el dolor, uno debe amarlo, ¿no es así? Es decir, debe estar en comunión directa con él. Si usted quiera comprender algo  a su vecino,
a su esposa, o a alguna relación-, si quiere comprender algo completamente, debe estar cerca de ello. Debe llegar a ello sin reparo alguno, sin prejuicio,
condena ni repulsión; debe mirarlo, ¿verdad? Si yo quiero comprenderlo a usted, no debo tener prejuicios a su respecto, debo ser capaz de mirarlo, no a
través de las barreras, de las pantallas de mis prejuicios y condicionamientos. Tengo que estar en comunión con usted, lo cual implica que debo amarlo.
De igual manera, si quiero comprender el dolor, debo amarlo, debo estar en comunión con él. No puedo hacerlo porque estoy escapando del dolor mediante
explicaciones, teorías, esperanzas, postergaciones, todo lo cual constituye el proceso de verbalización. Así pues, las palabras me impiden estar en comunión
con el dolor. Las palabras  palabras de explicaciones, racionalizaciones, que siguen siendo palabras, un proceso mental- impiden que entre en comunión
directa con el dolor. Pero sólo cuando estoy en comunión con el dolor puedo comprenderlo.
KRISHNAMURTI.