Texto publicado por Rody Armando Mora
LA MULTA..
La multa
Cuenta una leyenda de la región del Punjab que un ladrón entró en una hacienda y robó doscientas cebollas. Antes de que pudiera huir, el dueño del lugar
lo capturó y lo llevó ante el juez.
El magistrado pronunció la sentencia: pagar diez monedas de oro. Pero el hombre alegó que era una multa demasiado alta y el juez, entonces, resolvió ofrecerle
otras dos alternativas: recibir veinte latigazos o comerse las doscientas cebollas.
El ladrón eligió comerse las doscientas cebollas. Pero cuando llegó a la vigésimo quinta, sus ojos estaban hinchados de tanto llorar y el estómago le quemaba
como el fuego del infierno. Como aún le faltaban 175 y se dio cuenta de que no aguantaría el castigo, pidió para recibir los veinte latigazos.
El juez aceptó. Cuando el látigo golpeó su espalda por décima vez, él imploró que parasen de castigarlo, porque no soportaba el dolor. El pedido fue obedecido,
pero el ladrón tuvo que pagar las diez monedas de oro.
- Si hubieras aceptado la multa, te habrías evitado comer las cebollas y no habrías sufrido con el látigo - le dijo el juez - pero preferiste el camino
más difícil sin entender que, cuando se hace algo mal, es mejor pagar enseguida y olvidar el asunto.