Texto publicado por Rody Armando Mora
CHISTES CORTOS..
Había una vez un chiste tan, tan, tan, pero tan malo que le pegaba a los chistes más pequeños.
• Eso era un ordenador tan rapido, tan rapido, tan rapido que salia de un bucle infinito en solo seis segundos.
• Era una señora tan, tan, tan friolera, que hasta a las patas de la mesa les ponía medias.
• Había una vez una persona tan pobre, tan pobre, tan pobre que no tenia ni hambre.
• Había una mujer tan, tan, tan delgada, que cuando comía una oliva pensaban que estaba embarazada.
• Había una vez un principe tan feo, tan feo, tan feo que cenicienta se fue a casa a las 11:30
• Había una iglesia tan, tan, tan lejana que no iba ni Dios.
• Había una vez una señora que tenía un ataque de risa, y un ataque de risa, y un ataque de risa. Un día la señora se murió e inmediatamente fue traslada
para hacerle la autopsia, ¡y no dieron con el chiste!
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• Tenía la boca tan, tan, tan pequeña, que para decir tres, decía: uno, uno, uno.
• Era un hombre tan, tan, tan ignorante, que se regaba con la regadera del jardín para ver si así se cultivaba.
Había una vez un hombre tan tacaño, pero tan tacaño, que cuando veía la misa los domingos por la televisión, la apagaba cuando llegaba la parte de las
ofrendas.
• Era una iglesia tan, tan, tan pobre que la misa del gallo la hacían con avecrem .
• Era una iglesia tan, tan pequeña que no cabía ni Dios.
• Había una vez una ciudad tan seca, tan seca, pero tan seca, que las vacas daban leche en polvo.
• Había una vez una señora tan gorda, tan gorda, pero tan gorda, que su ángel de la guarda tenía que dormir en otro cuarto.
• s200/perro+sonrie
Había una vez un carro tan, tan, pero tan viejo, que el conductor sacaba la mano para virar, y le daban una limosna.
• Había una vez un hombre tan feo, tan feo, tan feo que fue a un concurso de feos y lo perdió por feo.
• Había una vez un hombre tan pequeño, tan pequeño, que en vez de viajar en metro, viajaba en centímetro.
• Había una vez un hombre tan, hombre tan, pero tan optimista, que cuando le dio un infarto dijo que era una corazonada.
• Era una mujer tan, tan, tan bajita, que le encantaba enfermar para que el médico le diera de alta.
• Era un tipo tan, tan, tan gordo, que su ángel de la guarda tenía que dormir en otra cama.
• Era una tía tan, tan, tan fea, que cuando envió su foto por correo electrónico la detecto el antivirus.
• Era un señor tan, tan, tan sordo, que contestaba alteléfono aunque no sonara.
• Había una vez una señora tan, tan, tan arrugada, pero tan arrugada que cuando lloraba, las lagrimas les bajaban en jeep.
• Era tan, tan, tan alto, que de que alguien le pisara el callo, pasaban por lo menos diez minutos hasta que sentía el dolor.
• Era tan, tan, tan tonto, que no compraba mesita de noche porque no tenía donde ponerla de día.
• Era tan, tan, tan miope que tenía las gafas en la nariz y no las veía.
• Era un señor tan, tan, tan delgado, que tenía que pasar dos veces la aduana para haber si había pasado al país vecino.
• Era tan, tan, tan tonto, que creía que para la vista cansada lo mejor era ver la televisión sentado en una silla.
• Era tan, tan, tan viejo, tan viejo, que de niño no jugó a los caballitos, sino a los dinosaurios.
• Era tan, tan, tan bajito, tan bajito, que no tenía sien, apenas llegaba a cincuenta.
• Era una señora tan, tan, tan alta, que en vez de cumplir años cumplía metros.
• Era un campesino tan, tan, tan tonto, que cuando terminó de arar se dió cuenta de que no había atado a los bueyes al arado.
• Era un tipo tan alto, tan alto, pero tan alto, que se tropezaba miércoles y caía viernes.
• Era un tío tan torpe, tan torpe, tan torpe que hasta tropezaba con su sombra.
• Era tan, tan, tan educado, que antes de empezar a hablar se quitaba el bigote.
• Habia una pasteleria tan sucia, tan sucia que hasta el Cabello de Angel tenia caspa.
• Era una mujer, tan pero tan chiquita, que en lugar de dar a luz, sacaba chispas.