Texto publicado por Primavera

Mirando por la ventana

Hace mucho tiempo, un  pobre niño, se puso tan enfermo que no tenía fuerzas para poder moverse y tenía que pasar todo su día, metido en la cama. A pesar de que se encontraba en una situación poco agradable, a él lo único que le importaba, es que no podía irse a jugar con sus amigos.
Tal era su tristeza y decaimiento, que comenzó a empeorar de forma visible de su enfermedad. Un buen día, mientras estaba mirando las nubes pasar por la ventana, observó una cosa muy extraña, que se aproximaba hasta el lugar en el que él se encontraba. Esa cosa era, un pingüino que iba merendándose un bocata, que a los pocos minutos desapareció sin dejar rastro. Cuando aún estaba sorprendido por esta singular aparición, apareció un simpático mono inflando globos. Como sabía que nadie iba a creer sus visiones, se las guardó para sí mismo y siguió disfrutando de tan divertida compañía.
Unas semanas después, consiguió recuperarse totalmente y volver con sus queridos compañeros, a los que les contó, todas y cada una de las extrañas visiones que había tenido durante su enfermedad. Mientras todos estaban encantados con sus hazañas, se dio cuenta de que de una de sus mochilas, había algo que le era familiar y que no era otra cosa, que muchos de los disfraces que habían usado para hacerle feliz.