Texto publicado por Jose Antonio
La acidificación.
Los pterópodos de la plataforma continental oeste de los EEUU ya están afectados en más de un 50% por la acidificación del mar debido a nuestras emisiones.
Imagen de un pterópodo y fotografía de microscopía electrónica en donde se aprecian los daños debidos a la acidificación sobre una concha de esta especie. Fuente: NOAA.
Uno de los efectos de las emisiones de dióxido de carbono que lanza el ser humano a la atmósfera es la acidificación de las aguas de los océanos. Este gas se combina con el agua para producir ácido carbónico. Desde la era preindustrial el pH oceánico ha bajado en 0,1 unidades.
Hace ya muchos años se predijo que esta acidificación de los océanos pondría en peligro a la vida marina porque algunos organismos no podrían conservar o formar sus exoesqueletos de carbonato cálcico. Animales como los corales y todos aquellos que forman cochas de carbonado, como ostras, mejillones, etc se verían en aprietos. Desde estás páginas ya se mencionaron estudios que señalaban que este problema ya se está produciendo. Así por ejemplo, hay estudios que señalaban el negativo efecto de la acidificación sobre las larvas de ostras en Oregón. También hay estudios que señalan que la acidificación está afectando a los pterópodos en las aguas del océano Antártico. Ahora ya se confirma que esto último está pasando en el Pacífico.
Científicos del NOAA han descubierto que los pterópodos de la costa oeste de EEUU ya tienen problemas en sus conchas debido a la acidificación. Los pterópodos son pequeños caracoles que nadan libremente en el agua. Ya había estudios de laboratorio que apuntaban a que un aumento de la acidez afectaría a los pterópodos, ahora se tiene la confirmación con este estudio de campo.
El hecho es algo más que el canario en la mina que nos avisa que algo va a pasar. Los pterópodos son un eslabón fundamental en la cadena trófica, pues muchos otros animales se alimentan de ellos, incluidas algunas especies de interés para el consumo humano como el salmón, la caballa o el arenque.
Estiman que el porcentaje de pterópodos con la cocha disuelta en la región costera se ha doblado desde la rea preindustrial. Lo peor es que se espera que para 2050 las aguas costeras sean un 70% más corrosivas que las de esa época.
El estudio se basa en muestras tomadas en 13 localizaciones sobre la plataforma continental de abril a septiembre, cuando los vientos traen aguas ricas en dióxido de carbono desde una profundad de 100-200 metros hasta la superficie y a la plataforma continental. Encontraron que la mayor proporción de pterópodos con concha afectada gravemente, porcentaje que llegaba al 53%, se encontraba en la parte de la plataforma continental que va del norte de Washington a la parte central de California.
El problema de una concha deteriorada es que los caracoles afectados tienen más problemas para evitar infecciones, para mantener su metabolismo, conseguir la flotabilidad adecuada y para defenderse de los depredadores. Esto afecta tanto a la fisiología del organismo como a su comportamiento y su adaptación al medio. Los efectos, aunque impredecibles, podrían ser profundos.
“No esperábamos ver a los pterópodos afectados de esta forma tan extensa en nuestra región costera en varias décadas”, dice William Peterson, uno de los autores del estudio.
Según Nina Bednarsek se trata de la primera prueba de que una gran proporción de la población de pterópodos ha sido afectada por la acidificación oceánica. Urge a que se realicen estudios sobre el efecto de este hecho sobre los ecosistemas marinos, pues estas aguas costeras son un hábitat esencial para una gran diversidad de especies marinas.
Este estudio servirá para ver cómo progresa el problema a lo largo del tiempo según se vayan realizando estudios posteriores y realmente cambia las perspectivas de lo que realmente está sucediendo, según algunos investigadores del campo.
Además, los investigadores implicados urgen para que realicen estudios similares para ver cómo otras especies se están viendo afectadas, sobre todo en sus estadios de larva.
El problema fundamental es que a las especies no les da tiempo adaptarse evolutivamente a un cambio tan rápido en el medio.
Los ecosistemas son como un castillo de naipes, se puede quitar alguna carta, pero si se eliminan demasiadas todo el castillo cae. Esto se debe al efecto dominó por el cual unas especies dependen de otras. Los pterópodos pueden parecer insignificantes, pero de ellos viven muchas otras especies y de estas viven otras y así sucesivamente. Al final de la cadena siempre se encuentra el ser humano. Fuente: Neofronteras.