Texto publicado por José Luis Rios

"Invidentes podemos desarrollar todas las habilidades para ser independientes"

Duberlys Carpio, presidenta de la Asociación de Personas con Discapacidad Visual en Anzoátegui, está en desacuerdo con la orden de desalojo del Caidva de Barcelona

Yraida Núñez

Ciudadanos con compromiso de la vista aspiran a tener empleos según sus capacidades para no depender de sus parientes

Barcelona.- Duberlys de Jesús Carpio, una Técnica Superior en Administración y Educación Inicial, perdió la casi la totalidad de la visión tras someterse a una operación en un centro asistencial de Barcelona, donde le retiraron un tumor en el lado izquierdo del cerebro. Desde esa fecha, solo puede percibir como bultos a las personas en movimiento.

Carpio, quien el pasado 13 de marzo cumplió 41 años, no se echó a morir en una cama, ni a esperar que su familia la atendiera como a una bebé.

Quien no conozca a Duberlys Carpio, una mujer de tez clara y pelo castaño, al verla conversar nunca va a pensar que es invidente, pues pestañea y mueve los ojos con frecuencia, como si mirara.

-¿Cómo llegó al Centro de Atención Integral de Deficiencias Visuales del estado Anzoátegui (Caidva)?
Fui al Caidva, en la urbanización barcelonesa Boyacá I, por recomendación de mi tía Melkis Rodríguez, quien es directiva de la Asociación de Personas con Discapacidad Mental. Me sorprendí al saber que haya niños ciegos, tan chiquitos, de ocho y diez años.

-¿Recuerda cómo fue su primer día de clases?
-Sí. El profesor Bernardo Fermín, también invidente, comenzó a enseñarme a leer y a escribir con el método Brayle, a usar la regleta y el punzón para perforar el papel de derecha a izquierda, y descifrar lo escrito en sentido contrario. Sentí tristeza y alegría, al darme cuenta de que Bernardo me educaba igual que yo lo hacía con mis niños de preescolar”.

-¿Cuánto tiempo duró su formación en el Caidva?

-Un año. Allí también aprendí a sumar, restar, multiplicar, dividir, a hacer operaciones de física y química, con los dados de la tabla aritmética. Además a realizar las actividades del hogar, a no esperar -cuando tenía sed- a que llegara un familiar para que me diera un vaso de agua de la nevera. Asimismo recibí clases de orientación de movilidad con el bastón blanco. Pasé 15 días con la pieza plegable en el antebrazo derecho, como si fuera una pulsera, hasta que me acostumbré a la idea de que tenía que usarlo”.

-¿Cómo fue su primera salida sola?

-Llevaba unos cinco meses asistiendo al centro cuando decidí salir solita de mi domicilio de Barcelona. En una parada abordé un vehículo del transporte público que me dejó en el barrio El Pensil de Puerto La Cruz. Allí me encontré con Bernardo Fermín y otros seis invidentes.

-¿Qué hicieron?

-Yo deseaba que esperáramos a un ciudadano vidente para que nos ayudara a cruzar la amplia avenida Municipal, a la altura de donde está el Banco Occidental de Descuento (BOD) en la Torre Porteña, donde yo había trabajado como cajera. Me puse a llorar, me sentía como perdida. Al principio creía que iba a caer en el vacío. Sin la ayuda de los que podían ver, nosotros pasamos al otro extremo de la vía y llegamos al Paseo Colón, donde había una fiesta.

-¿Ha viajado sola?

-Claro. He realizado cursos de tiflotecnología (para ciegos) en Caracas, Barquisimeto, Maracaibo y San Cristóbal. Mi mamá, Leonor Salazar, dice que más vale que no hubiera aprendido a utilizar el bastón blanco, porque ahora paso más tiempo en la calle que en la casa.

-¿Ustedes cómo se han organizado?

-Mis compañeros José Gregorio Hernández y Wilmer Vivas, entre otros, conformamos hace dos años y medio la nueva la Asociación de Personas con Discapacidad Visual de Anzoátegui, la cual ahora cuenta con 60 integrantes.

-¿Dónde hacen sus reuniones?

-Primero nos encontrábamos en la Biblioteca Pública Julián Temístocles Maza. Ahora tenemos una oficina en la Unidad Bolivariana de las Personas con Discapacidad, la antigua Casa del Ciego, al lado de la Catedral de Barcelona.

-Tú como presidenta de la asociación y los demás directivos ¿qué hacen para ayudar a sus compañeros?

-Hemos realizado cursos de computación y primeros auxilios. Además, hemos pasado cartas a las empresas, a fin de que le den empleo a las personas con compromisos visuales, para que cumplan con la disposición gubernamental de incluir en sus nóminas a 5% de empleados con discapacidad. Queremos que todos, de acuerdo con nuestras capacidades, consigamos trabajo para no depender económicamente de sus familiares.

-¿Qué van a hacer para tratar de dejar sin efecto la orden ministerial, según la cual los docentes y los 120 alumnos del Caidva deben mudarse a la Escuela de Educación Especial I del sector Tronconal II?.

-Nosotros hicimos público nuestro descontento al protestar el 14 del mes en curso. También le pasamos cartas a la Dirección de Misiones Sociales (Didesoc) y a la Gobernación de Anzoátegui. Si hay casas para los sordos, para las personas con discapacidad mental, ¿por qué no la vamos a tener los ciegos?

-¿Qué le aconsejas a las personas con discapacidad visual?

-Es importante soñar para que las cosas se hagan realidad. Los invidentes podemos desarrollar todas las habilidades y destrezas para ser independientes.