Texto publicado por TTS Fer

No solo volví a dar señales de vida, sinó que volví con algo que muchos esperaban... a que no? ¡Y un angel cayó de quien sabe donde! octava parte, así que adentro y a leer! vamos!

¡Holaaa!
Leyendo esto van a saber una vez más qué ha sido de la vida de este Dieguito, o de mí mismo si te diste cuenta que esta novela es autobiográfica, y también vas a saber (aparte) por qué anduve tan desaparecido tanto de esta red como de la pobre gente que la habita y me quiere y que yo también adoro aunque tal vez no se note tanto.
Sin más cháchara, a leer y luego me dicen.

El tiempo pasa. En la realidad deben haber sido casi 2 meses, pero para mí fueron las horas que deben transcurrir en mi universo, o tal vez en el del dr Osky que como habrá visto, es un personaje inventado por mí, pero merece vida propia no solo en esta novela, sinó en mi vida real. Pero estos 2 meses que pasaron fueron 2 meses de angustia, de ganas de hacer lo que finalmente no podría, de decepcionnes, de larga espera, en fín, de saber que finalmente mi chiquita ya se enamoró de otro. Al saberlo, y apartir de saberlo, sentí cómo el mundo caía, redondo o plano como era, encima mío, cómo todos los continentes y cada uno de sus países se destrozaban sobre mi cuerpo llenándome de los cuerpos destrozándose de la pobre gente que ni siquiera supo que debería uhír al infinito, de montañas, yanuras, mesetas, lagos, ríos, mares, y de todos los recursos naturales existentes en esta tierra que al caer encima mío, supe que la vida está en el espacio, en cualquier planeta, incluso Marte aunque sea vida artificial, pero no en el planeta que me vio nacer.
Lo peor de todo es que lo supe a través de Felipe, el chico de quien Jime fue a enamorarse, y de quien sigue enamorada hasta ahora. Y es que el pive se hizo amigo mío, o eso quiero creer, pero solo por una charla que tuvimos sobre Jime lo vine a saber. ël, al igual que Jime también vive ocupado, pero cuando tiene tiempo lo gasta en Jime, y es que entre ellos la cosa es diferente. Con solo escribirme esa frase, automáticamente se confirmaron mis sospechas. Yo le dije (y luego a la propia Jime) que sinceramente me alegra mucho por ellos, si bien no son novios la química que hay entre ellos puede cambiar las cosas. Y hablando de química, Jime fue a tener esa química con alguien que no soy yo, esto no se lo dije, pero dije la verdad aunque no totalmente, porque también se me vino todo abajo. Incluso mis paciones, mis gustos y todas las locuras que moría por hacer. No se lo dije, no al menos esa vez, aparte no tendría por qué dejarlos a ambos mal parados, y a este pive tampoco, que ni nos conocemos personalmente, y por otro lado, bueno, si ella siente que puede ser feliz, joya, me tocará perder pero al menos me deja contento (pero los perceptivos como ella deben saber mejor que yo cómo me deja) de que al fín un pive venga a darle lo que sé que le hace falta, y la verdad es que prefiero que se termine de enamorar de uno antes que levantarse a cada chico que se encuentra por ahí, algo que tampoco le dije, pero no me estaba gustando nada.
Además, sucedió a partir de esto lo que ya veía venir. Nuestros encuentros resultaron ser todo lo contrario a lo que quería e imaginaba, o sea nada, porque hasta dejamos de vernos. Una vez más ella diciéndome que no, con la excusa de que está llena de cosas, y yo no lo dudaba, esta chica es realmente muy activa, ¡hace de todo! Pero supe que un día por medio al menos lo pasaba junto a este pive. Yo ya no me sentía nada bien así, y decidí volver a ser el vicioso que fui antes de conocerla, para vengarme, ¿total? si a mí no me amaba, ¿para qué iba a desgastar mi corazón en ella? pero nomás no puedo, y tampoco tengo fuerzas para decir a nadie qué es lo que siento tan fuerte para no por eso dejarla de amar ni a la fuerza. Pero bueno, así pasa este tiempo, largo y penoso de contar y de hacerle vivir al lector, incluso cabe contar que llegué a explotar con mis sentimientos, de los cuales me sentí asqueado y me arrepentí, nunca discutimos acaloradamente, pero sí llegué a empezar a agotarle la paciencia al insistirle con que ya sé lo que está haciendo cuando me dice que está llena de cosas, pero ahora de alguna manera consiguió que ya no le insista más, ni tenga por qué, aunque me muera por verla otra vez.
Pero no sabía que a los pocos días todo sería diferente y nuestra especie de amistad con algo más (aunque ella dijera que no) volviera a florecer. Y es que hoy, jueves 3 de julio, a un día de cumplirse 3 meses desde que nos conocimos, y 3 meses de haber llegado a mi vida, me tocó la buena de buenas, la que ya extrañaba. Sí, el escenario donde transcurre la mayor parte de la acción tiene que ser en la facu, yo imaginaba que sería en millones de lugares diferentes, pero bueno, la realidad es esa, y sé que tarde o temprano, en cuestión de meses al menos, voy a conquistar el mundo junto a ella, ¿o no? además digamos que fue mi mejor regalo de despedida del cuatrimestre, hoy es mi último día y solo tengo que volver el jueves que viene a rendir un par de finales, ambos el mismo día, ¡y ahí nomás empiezan definitivamente mis vacaciones!
Son las 10 y como de costumbre, nervioso y sabiendo que Jime es muy probable que llegue, me pido un café, luego que al día anterior le digo por face que trajera saquitos de té como la otra vez. La cocinera me lo trae, le pongo azúcar, estoy revolviendo cuando de pronto... la mano más hermosa de cuantas he agarrado toma las mías, el perfume más fuerte y delicioso de cuantos puedo haber olido, al menos mujeres ahora, la voz más delicada, suave y dulce que puedo haber escuchado al menos entre mujeres de acá en este arenal fantasmagórico, todo invade mi ser en seguida, y al saludarme, yo también la saludo, pero mi voz es solo un susurro que casi ni suena, aunque por suertte no dudé en abrazarla y besarla como ella también hizo, lo que me vino a terminar de hacerme entender que nuestra química sigue igual.
-¿Otra vez dándole al café vos? -me dice cuando me llevo la taza a la boca.
-Sí, ¿y? -le digo. Y en seguida -¿vas a tomar algo?
-Sí, me esperás que me voy a pedir un té?
-Dale.
Y ahí nomás se va a pedir el té, mientras yo permanezco sentado preguntándome qué hacía tomando café cuando habíamos dicho que tomaríamos té juntos, y a los pocos minutos viene con un té, para ella, unos alfajorcitos de maicena y un par de medialunas.
Ya estamos charlando. me hace preguntas sobre mi familia, me cuenta incluso que hace 4 días atrás se encontró con mi hermana en el bondi, y yo sorprendido,
-¿En serio?
-Sí, pero solo nos saludamos, porque venía de trabajar y estaba muy cansada.
Ahí nomás empezamos a hablar sobre su pareja, un pive uruguayo que se llamaba Jaime, el cual a mí no me cae nada mal, hasta me cae muy bien, pero no hay onda entre sí. Jime me convida un alfajor de maicena, y yo como de costumbre lo empiezo a comer, mientras seguimos charlando. ¡Qué paparulo que soy! en algún momento de la charla de repente me metí todo el resto de alfajor entero a la boca, quedandpo así con la boca llena y a penas pudiendo respirar. Jime me sigue haciendo más preguntas, pero no contesto, además, hablar con la boca llena a quien amo no se bería nada bueno, aunque muera por ser todo un negro de la villa extremadamente mal educado, pero además de esto ni siquiera puedo mover la boca, a penas puedo masticar, porque como cerdo (y con todas las letras) que soy me lo mandé todo entero, y ahora Jime se da cuenta y me dice,
-Bueno, tragá y me habl+ás. Tragá tranqui.
Siguen pasando algunos segundos y sigo igual, además te juro que si no fuera porque mi vieja y Pepe me cagaban a pedos cuando hablaba con la boca llena lo haría ahora, o al menos si pudiera respirar, pero por fín estoy empezando a tragar de a poco y ahora sí le digo,
-¡Che! ¡No te podía contestar! -un poco a los gritos porque hay muchas veces que naturalmente hasta hablo bastante "al gritito" incluso aunque no quiera.
Y ahí me dice que naa, que no me preocupe, y siguió el chamuyo nomás, hasta que ella se terminó el té y fuimos al banquito de la salida a sentarnos y charlar un rato, pero sin antes pasar por la fotocopiadora, donde trabaja Juan, un chico al cual no le presté atención pero me da la clara sensación de que Jime se enamoró o se lo quiere levantar, porque hasta le dijo,
-Cuando termines ¿podemos charlar un ratito?
No se lo dije, pero ya empecé a sentir lo que es natural, pero bueno, no quiero arruinar nada, tal vez solo lo quiere conocer nada más y aparte yo ya le prometí a Jime que desde ahora siempre le daría la livertad y jamás la retendría, o la volvería a retener si ya lo hice. Pero bueno, además en seguida nos sentamos ahora sí en el banquito. Al rato me dice:
-Voy a ver cómo está afuera, ¿querés que salgamos a tomar aire?
-¡Dale!
Y ahí nomás se fue y regresó en seguida.
-Está medio fresco pero bastante lindo para salir, ¿vamos?
-¡Okey!
Y salimos.
-No sabés, -me dice- ¡las nubes se están moviendo!
-¿Eh? ¿así que las nubes se mueven?
-Sí, ¿no sabías?
-¿Cómo se mueven? haceme gestos llevándome la mano o algo así.
E inmediatamente me hizo un movimiento redondo (o de arriba abajo, o así lo sentí) con el brazo.
Ya estábamos sentados, y me dice:
-Girá la cara un poco más a tu derecha. ¿Te da el sol?
-Y yo le dije que ya sentía el sol incluso poniendo la cabeza derecha, pero también hacía bastante frío. Por suerte (y es que me reocupo por su salud también) ahí tenía los guantes de lana.
-Diego, ¡pero estás duro! ¡relajate! estás muy tenso. -me dice tratando de ponerme más derecho, en parte masajeándome (me encantaba) y en parte haciéndome cosquillas.
-Podríamos salir a caminar... -me dice de repente.
-Sí, ¿por qué no? vamos y luego volvemos antes que llegue mi viejo.
-Me encantaría, pero no queda bien.
Tras pensar unos segundos estoy por decirle que me vale madre si quede bien o no pero en seguida ella me dice,- podríamos salir ahora, pero quien sabe, a ver si alguno de la facu va y avisa luego a alguien...
-Yo no supe qué contestarle porque sé que tiene razón, pero en seguida le pregunto,
-¿Tenés crédito?
-Sí, querés que llame a tu papá y le pregunto?
Estaba por decirle que sí pero en seguida,
-No, creo que no nos conviene...
-No, mejor no...
-¡Justo ahora que los 2 teníamos ganas!
-Diego, ¿me aguantás que voy al baño? ¿te querés quedar acá o te dejo adentro?
-Naa, andá nomás.
-¿Te quedás acá?
-Sí, andá, te espero nom+ás.
Y se fue al baño. Fueron minutos y minutos en los que me quedé sentado a fuera y de a poco empezando a sentir frío, y cuanto más pasaban los minutos ya empezaba a creer que tal vez Jime aprobechó la occación para levantarse al de la fotocopiadora o a alguno que pasara por ahí, pero Jime no sería capaz de eso, o al menos quisiera creerlo, incluso estaba a punto de levantarme, entrar y buscarla, porque si la espero así sentado parezco un inútil incapaz de moverse, pero no lo hice. La sigo esperando mientras todo esto da vueltas por mi cabeza, y de repente... unos pasos femeninos corren hacia mí, esa manito que amo me agarra y esa voz de ángel dice,
-¡Acá estoy!
-¿Listo?
-Sí, ya sé que tardé pero me quedé charlando con la chica que limpia.
Menos mal, ya pensé que me iba a decir que se quedó charlando con el de la fotocopiadora o algún pivito.
-¿Donde está?
Y es que la chica que limpia (cuyo nombre no recuerdo) también me gusta y hasta me la quisiera levantar.
-Che, tengo frío... -dice Jime.
-Vamos adentro. -le digo y me levanto en seguida.
-Che, ¿querés que nos vamos a caminar por toda la facu? además quiero estar un poco parado, -le digo.
-Dale. -me dice.
Ahí nomás empezamos la recorrida, justo en un rincón del pasillo principal nos detuvimos frente a una pecera en la que había un montón de pescaditos bebés, ninguno de los dos sabíamos qué raza de peces era exactamente. Mientras ella me contaba, de repente una chica que pasaba por ahí se detuvo con nosotros (supuse que debe ser la dueña de la pecera) y Jime le preguntó qué tipo de peces son. Yo no me acuerdo, pero sí puse atención en la entonación de esta chica, porque me di cuenta que tal vez era de Chile, Perú o alguna otra provincia Argentina, pero como nosotros no hablaba, y ahí nomás nos contó que en efecto viene de chile, se llama Francisca y es chilena, y se vino a vivir con su marido acá,
-Me casé con él y nos vivimos a vivir acá, -nos dice, con un inconfundible acento chileno.
-Y ahora yo trabajo acá, estoy en la sección de ingeniería pesquera, -dice.
-¡Hey! -digo yo. -¡sabés que quisiera viajar a Chile!
Y ahí nomás le cuento que para el verano de 2013 viajé a Chile, pero solo fuimos y volvimos, porque est+ábamos de vacaciones en Bariloche. Jime se sorprendió, parece que no lo sabía tampoco, pero creo que yo el primer día que nos conocimos se lo conté también.
-¿Y ustedes hacen algo aquí? -dice Pancha una vez más con una tonada chilena que no quiero que cambie jamás, aunque en otras palabras la tonada ya se hace muy argentina, debe ser que un extrangero al pizar la Argentina se termina haciendo tan argentino que hasta habla más argentino que los propios argentinos.
-Él estudia acá y yo soy su amiga, estoy terminando la secundaria.
-Sí, yo estudio tecnicatura en programación, -le digo en un susurro.
-¡Muy bien! -dice Pancha.
-Bueno, un placer haberlos conocido, yo tengo que seguir haciendo cosas.
-Igualmente, -le decimos al unísono, y se va para otro lado.
Yo todabía sorprendido le comento a Jime,
-¡Qué grande! ¡no sabía que teníamos una chilena por acá! -mientras pienso "ojalá me la vuelva a cruzar".
Ahora nos dirigimos a otro pasillo, cerca de la oficina de mi tutor de programación, donde está repleto de obras de arte, del tayer de producción textil y mosaiquismo. Ahí fue donde Jime y yo empezamos a mirar diferentes cuadros y otras pinturas que por suerte se podían tocar. No había casi cuadros abstractos, la mayoría eran figurativos incluso al tacto, salvo la propia pintura, la cual entonces Jime me describía como toda una plástica profesional, pero podía tocar por ejemplo las diferentes texturas de cada tela. Luego de esto, sorprendido porque nunca lo había tocado, Jime me mostró diferentes recipientes, esculturas y otro tipo de cacharros hechos de bidrio, azulejos y algunos materiales que ya no recuerdo, que se trabajan en el mosaiquismo, y lo que más me sorprendió de todo es que incluso con estos mismos materiales pude tocar así los diferentes dibujos que, si no hubiera sido porque Jime me dice, yo hubiera pensado que tal vez se modela como si fuera cerámica o porcelana. Otras obras tuve que tocarlas con muuuuuuucho cuidado, ya que al tocarlas se les podía salir la pintura.
Después de mucho caminar, regresamos finalmente al banquito de la salida a sentarnos y charlar de vvuelta. Las horas lamentablemente pasaban, para mí, volando, como de costumbre. Aparte, es siempre igual, cuando las horas no tendrían que pasar, pasan volando igual que ahora, y si quiero que pasen ya, se convierten en siglos insufribles. Y es que son más de las 11 y media, tendremos un rato, tal vez para hablar ahora sí de lo que tenemos pendiente, o algo, porque tarde o temprano llega mi viejo y adiós Jime.
En un momento por fín hago lo que mi instinto, malo como es, me dijo que hiciera.
"Dale Diego, preguntale a Jime si la podés besar, aprobechá, no seas boludo y preguntale".
-Che Jime, te tengo que decir algo medio delicado... -a partir de esto le hablo todo en susurro, algunas cosas con tono titubiante pero por suerte no todo.
-Sí, decime.
-Bueno... ¿viste que yo también te dije que me concidero también muy respetuoso con los demás y con vos también trato de serlo?
-Sí... ¿por?
-Bueno... ¿viste? ya sé que somos amigos y no novios ni amantes... y... bueno... mirá, ¿alguna vez pensaste que yo a lo mejor quisiera llevarte a la cama o tener algún agarre con vos?
-No...
-Bueno, es que no me animaba hasta ahora pero... sabés que te iba a preguntar si... siendo amigos como somos ahora... te iba a preguntar si te podía besar... si te parece bien...
-Nooo, -la respuesta que ya sabía que me iba a dar. Al menos lo solté. -no, si somos amigos no.
Yo estaba por decirle que entonces seamos más que amigos y listo.
-¿Y cómo pude hacerlo entonces con casi cualquier chica que me levanté y no con vos? -le digo ya hablando un poquitín más fuerte y seguro.
-Porque deben ser amigas con derecho. A mí no me gusta esa onda de amigos con derechos...
-¿Pero qué tiene? yo pienso en que te puedo besar y hacer cosas que los amigos normales no harían pero ser amigos igual...
-No, o son amigos o se besan.
-Ya sé, pero nurá, yo incluso tengo algunas amigas, son amigas y ni amantes ni novias, y me dejan igual...
-Entonces no son amigas, son algo más. -me dice, siempre con un tono tan firme que me asusta.
-Es que eso es lo que quiero, ¡que seamos amigos y algo más!
En seguida le digo:
-Bueno, pero no ahora, mejor dejame que se de todo natural como decís vos.
Ahí nomás pasa alguien, y en seguida (suerte que le susuurraba al oído) no se me escapa otra que ¡noooooo!
-¿No hay nadie ahora? -le digo a Jime
-No, ya no.
Y ahí nomás nos abrazamos y nos besamos, ¡mal pensados! en la mejilla, como siempre, y ya sé que a Jime no se le movió un pelito por lo que acabamos de hablar, o sea que puedo seguir.
Llegó mi viejo.
-¿Qué hacen acá ustedes dos? -dice mientras nos saluda.
-Nada, dice Jime, acá estuvimos un rato.
-¿Qué hacés cabezón? -me saluda mi viejo.
-Che, ¿vamos a tomar algo? -dice mi viejo.
-Bueno, -dice Jime.
Y nos vamos al bufet en seguida. Mi viejo y yo tomamos café, pero Jime no quiere nada.
-No querés nada?
-Noo noo, después como en mi casa...
-¿Segura?
-Sí, tomen tranquilos nomás.
Y así pasamos un buen rato agradable entre café y bromas, como es costumbre, padre e hijo haciendo reír a la pobre chica, porque mi viejo es bien cago de risa, pero yo también, y al rato llegó mi amiguito Matías el acogotador. Mi viejo y Matías también ya se re llevan. Así que el café continúa con un comensal más.
Jime me dijo que se quedaría un rato más, sí, primero para levantarse al Juan, y luego para llamar al Felipe por celu, pero como es ovbio no le digo nada, es su vida y que se levante a todo los que quiera nomás, yo la voy a seguir amando me corresponda o no, y no pienso cambiarla por ninguna otra princesa, salvo por el tema de los agarres y eso, donde ahí sí no voy a poder evitarlo.