Texto publicado por Germán Marconi
De lo que estoy leyendo: "El éxtasis de Gabriel", de Reynard Sylvain
Hola gente linda!
Se acuerdan de estas publis mías, en las que les compartía pequeños fragmentos de libros que tenía en lectura?
Bueno, aquí voy con la parte 2 de una trilogía que se las trae.
No, no hay tronos ni juegos, hay amor, pasión, dolores inenarrables, idas y retornos.
Tres publis relacionadas con la parte 1 son estas:
https://www.blindworlds.com/publicacion/40654
la segunda es:
https://www.blindworlds.com/publicacion/40369
y la tercera publicación del primer libro está en:
https://www.blindworlds.com/publicacion/41136
Esta historia de amor, que inicia con “El infierno de Gabriel”, está escrita por Reynard Sylvain tiene todos los ingredientes para que mi amiga Rubí la adore, para que mi amiga Fátima la analice y muchos otros componentes para que otros amigos y amigas se pasen horas devorando estas novelas.
Ahora que conseguí la parte 2, que lleva el título que indiqué al inicio de la publi, estoy tan atrapado que destino horas y horas a leer la novela, porque también tengo en cartera la tercera y última parte.
Amigos varones: debieran también leer estos libros. Salvo que sean unos Neandhertales de los que ya quedan pocos, estoy seguro de que disfrutarán de esta historia.
Aquí, entonces, un pequeñísimo fragmento de este libro:
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- No tenemos que hablarlo todo esta noche. Pero si puedes soportarlo, me gustaría que volviéramos a vernos mañana - le pidió él, con una mirada melancólica.
Ella levantó los ojos el tiempo justo para responder.
- De acuerdo.
Gabriel soltó el aire, aliviado.
- Bien. Mañana seguimos hablando pues. Que descanses.
Julia asintió, abriendo la puerta de la casa. Al pasar por su lado, Gabriel se detuvo.
- ¿Julianne?
Estaba muy cerca. Demasiado cerca. Ella levantó los ojos hacia él.
- ¿Me permites que... te bese la mano? - le preguntó con timidez.
A Julia le recordó a un niño pequeño.
Se lo permitió, pero al verlo inclinado ante ella, no pudo resistir el impulso de besarlo en la frente. De repente, Gabriel la rodeó con los brazos y la besó.
Aunque mientras la besaba le costaba pensar en nada más, se concentró en transmitirle con los labios y con todo su cuerpo que era sincero, que no la había traicionado, que la amaba.
Cuando ella le devolvió el beso con la misma pasión, Gabriel gimió.
Con un esfuerzo de contención, interrumpió el beso con delicadeza. Cuando Julia aflojó el abrazo, él le mordisqueó el labio inferior antes de besarla en ambas mejillas y en la punta de la nariz.
Al abrir los ojos, vio que el rostro de ella estaba embargado por varias emociones al mismo tiempo.
Le acarició el pelo húmedo y la miró con deseo.
- Te quiero.
Mientras se marchaba, Julia permaneció en silencio.
De “Gabriel 02: El éxtasis de Gabriel”, de Reynard Sylvain