Texto publicado por Primavera

Yo no sé que regalo más hermoso puede ser en esta vida que una pequeña caja con agujeros por todas partes. Estás sorprendida y con gran impaciencia coges este maravilloso y al mismo tiempo misterioso regalo. Con mucho cuidado lo abres y de repente de la oscuridad de la caja te miran los ojos, los ojos pequeños como cuentas de vidrio, ojos brillantes y un poco asustados. Luego tú sacas algo peludo y frágil. Y en tus manos Tiembla un pequeño nudo, una vida, algo muy confiado y vulnerable, algo que huele tus dedos y pide que te le regale un poco de tu ternura. Tú empiezas a acariciarlo y comprendes una vez para siempre que esta vida que ahora tiembla en tus manos tu la vas a cuidar, vas a llenarla con momentos de felisidad.