Texto publicado por Jaime Nelson Arboleda Barrera

Zenaida Segura Gusi
ISIDRO SOTO

Isidro Soto, obrero de la construcción, soldador del piso doce, estaba
feliz, le habían dado unos días de permiso, se iría a su casa de
sorpresa, pues con su mujer llevaban pocos meses de casados.
Bajó apresurado, tomó la micro…mientras viajaba pensó en lo feliz que se
pondría su mujer cuando lo viera llegar. Abrió la puerta de la casa y
entró al dormitorio y la Mary, ¡su Mary! Estaba en la cama con el Lucho
Ossandon ¡ su mejor amigo! Quedó sin aliento, el corazón le palpitaba
fuertemente. La Mary gemía como una loba y el Lucho arremetía con
desesperación.
Isidro, salió de la casa y caminó sin rumbo durante horas, no dijo una
sola palabra, su cabeza parecía estallar .Inventó un viaje en los días
de permiso para que no hubiera sospechas.
Esa mañana llegó al edificio más temprano que nunca, no habló con
nadie, subió al piso doce y empezó a soldar, descargando toda su pena,
rabia, dolor. En la colación abrió la vianda preparada por la Mary
comiendo lentamente, con la cortapluma, peló la manzana… en ese momento
llegó el Lucho Ossandon…
-¡Hola compadre que gusto de verlo ¡ Isidro se abalanzó sobre él para
apuñalarlo , alcanzó a darle unos cortes pequeños y el Lucho le quitó la
cortaplumas y le dio un certero punzaso en el cuello, Isidro Soto sintió
que la vida se le escapaba, estaba desangrándose, se dio fuerzas ¡ ¡ La
Mary era de él ¡ lanzó un grito ensordecedor, se paró como pudo … ¡ No
te quedarás con ella, maricón de mierda!. Lo empujó y los dos hombres
salieron disparados desde el piso doce.
Estaban todos consternados, nadie sabía lo que había ocurrido, Isidro
Soto, se llevó el secreto a la tumba.
La Mary, lloraba amargamente en el velatorio, arrepentida de su
desliz, ella amaba a Isidro… y pensaba… menos mal que no se enteró,
hubiera sido terrible para él.

Eduardo Albarracín
ARTE SIMPLE
Carlos canta en la ducha su canción favorita. Estela, desde la cocina,
lo acompaña con las tapas de las cacerolas. El bebé en la cuna se hace
caca, levanta y se pinta la cara.
En esta casa son todos artistas.

Armando Rivera