Texto publicado por Jaime Nelson Arboleda Barrera
Los ojos dormidos buscan otro color.
Los ojos dormidos buscan otro color.
Alguien apagó los colores
como quien apaga las lámparas.
El territorio de los ojos
se convirtió en desierto.
Despertar debiera ser
despertar hacia adentro
y encontrar en el fondo
ese nuevo atributo,
tal vez el duplicado de reserva
de todos los colores.
O quizá la identidad insólita
del que puede encenderlos de nuevo,
como quien enciende las lámparas,
aunque a veces las cubra.
Sin embargo, las lámparas
también se encienden solas.
Tal vez sea eso lo que buscan
los ojos que se duermen.
Roberto Juarroz