Texto publicado por Eliseo Apaza Zenteno

La llamada

La llamada

Andrea tenía una amiga muy querida, Patricia, y desde niñas ellas habían compartido muchos momentos juntas.
Patricia, tenía constantes problemas con sus padres, la presión y circunstancias adversas la tenían deprimida. Un día, ella llamó a Andrea para conversar pero justo ese momento no podía atender su llamada así que sólo le dijo que después la llamaría. Al cabo de unas horas Andrea recibió la noticiaque su amiga se había quitado la vida.
Andrea no podía creer lo que había ocurrido y se repetía: Si sólo hubiese atendido su llamada, esto no hubiese pasado.
Tristemente, muchas personas se quitan la vida todos los días y también hay quienes mueren por diferentes circunstancias, pero lo desconcertante es que varios de ellos se van sin conocer a Dios, sin saber que en Jesús hay Salvación y vida eterna.
En Romanos 10:14-15(RVR1960) dice: “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? …”
Cada cristiano tiene la tarea de compartir las Buenas Nuevas de Salvación, pues así damos lo que hemos recibido de Dios. Aunque todos llegamos de manera diversa a conocerlo, siempre hubo alguien que nos habló de Él y su maravilloso amor.
Una llamada, un mensaje, un correo puede ser también la manera de compartir el mensaje de Salvación; podemos responder a esa persona necesitada de Dios o simplemente ignorarla.
Dios manda a que seamos embajadores del reino, ayudemos a salvar a más personas, atendamos las llamadas de quienes están necesitados de una esperanza para sus vidas.
Prediquemos la palabra en tiempo y fuera de tiempo.
“Pues no me avergüenzo de la Buena Noticia acerca de Cristo, porque es poder de Dios en acción para salvar a todos los que creen, a los judíos primero y también a los gentiles.”Romanos 1:16 (NTV)