Texto publicado por Miguel de Portugalete
Nuevo tipo de material que absorbe el oxígeno del aire
Ciencia: Nuevo tipo de material que absorbe el oxígeno del aire.
Ciencia de los Materiales.
Ciencia: Nuevo tipo de material que absorbe el oxígeno del aire.
Un cubo con una capacidad de unos 10 litros, lleno de un material de una nueva clase, es capaz de absorber todo el oxígeno de una habitación. Dicho así
suena inquietante, pero la utilidad de tan singular tipo de material no es tanto el hecho en sí de absorber oxígeno sino la de poder liberarlo luego cuando
y donde se le necesite, ya que de igual modo que atrapa oxígeno puede soltarlo cuando se le somete a las condiciones adecuadas.
Nos va bien con el 21 por ciento de oxígeno presente en el aire que nos rodea. Pero a veces lo necesitamos en concentraciones más elevadas; por ejemplo,
los pacientes de ciertas enfermedades pulmonares deben transportar consigo pesados tanques de oxígeno, y los coches que usan células de combustible necesitan
un suministro regulado de oxígeno. Puede que incluso en un futuro no muy lejano se fabriquen células de combustible “reversibles” que utilicen luz solar.
Con ellas, se necesitará separar el oxígeno del hidrógeno en el agua y almacenarlos debidamente por separado para poder luego recombinarlos y así obtener
energía.
Para aplicaciones como esas y muchas otras, un material que almacene oxígeno con eficiencia puede ser la pieza clave que las haga viables.
El equipo de Christine McKenzie y Jonas Sundberg, de la Universidad del Sur de Dinamarca, ha sintetizado materiales cristalinos que pueden enlazarse al
oxígeno y almacenarlo en concentraciones altas. El oxígeno almacenado puede ser liberado de nuevo cuando y donde se le necesite. Este es un rasgo decisivo
del nuevo tipo de materiales, no reaccionar de forma irreversible con el oxígeno. El material se puede usar tanto a modo de sensor como de depósito de
oxígeno, y en algunos aspectos se comporta como una versión artificial y sólida de la hemoglobina de la sangre.
También es interesante el hecho de que el material puede absorber y liberar oxígeno muchas veces sin perder su capacidad. Es como introducir una esponja
en agua, exprimirla para que esta salga, y repetir el proceso una y otra vez.
Una vez el oxígeno ha sido absorbido, podemos mantenerlo almacenado en el material hasta que queramos liberarlo. El oxígeno puede ser soltado calentando
un poco el material o sometiéndolo al vacío o a una presión de aire lo bastante baja.
Dependiendo del contenido de oxígeno en el aire de su alrededor, la temperatura, la presión, y otros parámetros, se necesitan segundos, horas o días para
que la sustancia absorba el oxígeno de su entorno. Diferentes versiones de la sustancia pueden enlazarse al oxígeno a distintas velocidades. Con este nivel
de sofisticación, es posible producir aparatos que liberen y/o absorban oxígeno bajo diferentes circunstancias. Por ejemplo, una máscara que contenga capas
de estos materiales en la secuencia correcta podría suministrar de forma activa oxígeno extra a una persona directamente desde el aire, sin la ayuda de
bombas o equipos de alta presión.
Cuando el material está saturado de oxígeno, puede compararse a un tanque conteniendo oxígeno puro a presión; la diferencia es que este material puede
guardar tres veces más oxígeno.
“Esto podría ser útil para los pacientes de enfermedades pulmonares que hoy en día deben llevar pesados depósitos de oxígeno con ellos. Pero los buzos
podrían también algún día dejar los tanques en casa y conseguir en su lugar oxígeno de este material a medida que lo “filtra” y lo concentra procedente
del aire o del agua del entorno. Unos pocos granos contienen suficiente oxígeno para una inhalación, y dado que el material puede absorber oxígeno del
agua que rodea al buceador y suministrárselo, este no necesitará llevar más que esos pocos granos.