Texto publicado por TTS Fer

Nota: esta publicación fue revisada por su autor hace 9 años.

Y un ángel calló de quien sabe dónde, capítulo 10 ¡El regreso de Jime!

¡La sorpresita era esto!
No se decepcionen, hagan lo contrario y lean. Para quienes no hallan leído antes, les cuento que esto es una novela que estuve escribiendo yo desde el año pasado, ya llevo 9 capítulos (sin contar este) y los 9 están acá en blind. Antes de leer esto, quiero que lean la novela en orden. Como no ando con links a la mano, hagan esto. Escriban en el cuadro de búsqueda del buscador de contenido, Y un ángel calló de quien sabe donde, así como el jaws se los lee, sin símbolos ni nada, y les van a salir los 9 capítulos. Cuando hallan terminado, entran acá. Los que sí la hallan leído sigan acá!
Antes de empezar, quiero saludar a través de esta misma publi a una gran amiga que tengo (aunque ya la saludé por otros medios) por el cumple, una amiga muy especial para mí, Natalia Molina Calvvo, quien también estuvo siguiendo la novela.
Ahora sí, ¡apaguen las luces! relajen los músculos y los nervios, 5, 4, 3, 2, 1, ¡y dice así!

Ha pasado medio año casi, un tiempo que sinceramente, pudo ser mejor, pero ni siquiera llegó a ser bueno...
En este caso en particular, Jime desapareció del mapa. Al principio creí que se había alejado de mí, tal vez hice algo que le halla probocado querer distanciarse, ¡pero por suerte no!
Todo lo que le ocurría, y de un modo bastante extraño para mí (más que nada por el tiempo que le duró) se agarró, por decirle así, algún tipo de depresión. Se encerró en sí misma. Se volvió una planta, muerta en vida, comiendo apenas, sin salir ni hablar con nadie, así que se alejó de todo y de todos, no solo de mí. Es muy penosa esta etapa, porque además tenía que ser algo muuuuuuuy pero muy altamente grabe, ya que ni siquiera su mamá, quien por suerte seguía teniendo contacto conmigo, quería explicarme qué estaba pasando. Solo aumentaban el misterio, mi preocupación y mi angustia, y a parte llegué a pensar que Jime, efectivamente ya fue, y perdí la esperanza finalmente de que volviera a mi vida. Intenté estar con otras chicas y olvidarla como pudiera, pero nunca lo conseguí, y menos mal que no lo hiciera. Solo de a ratos pude calmar mi dolor, y con otras chicas no llegaba más que a un calentón, pero yo no quería eso para mí, era algo en serio con Jime y la quería o la adoraba demasiado.
Dejando esta parte para mí bastante negativa, ahora estamos en febrero, para colmo viernes 13 y una semana antes de mi cumple, mientras estoy tal vez en pleno calentón con alguna pobre chica (y pobres chicas realmente) en algún momento de esa noche, y tal vez como regalo de San Valentín (cabe contar que me cago totalmente en San Valentín y yo al amor lo veo totalmente sin días especiales ni nada porque lo son todos los días que dura y por otros motivos más) se conecta la reina de Roma a facebook, y lo más increíble, así yo, tal vez caliente o tal vez no, pero como estaba, no me había dado cuenta y ahora me saluda, así de sorpresa. Leo un saludito suyo, un simple "Hola Diego!!" que ya me hizo parar los pelos y que realmente alguna electricidad me hubiera dado pero habiéndome recorrido todo el cuerpo y hasta el alma.
No lo pude creer, "¡en serio?" "¡jo, de, me!"
Así me quedé, incrédulo y realmente queriendo tirar o romper algo. Pero ya dejando el sentimentalismo de mierda, pasemos a un poco de diálogo, y solo un poco:
"Hola Diego!!"
"jiiimeeee! qué hacés acáaaa!"
"Como estás, tanto tiempo_"
"como estasss!"
"siii, meses pero meesees!"
"siii"
"huuuy, yo bien, genial! excelente! incrédulo jajajajaja... bienvenida otra vez ... a... la vida.... y a mi vida..."
"yo continuando en mi camino, procurando mejorar cada día."
"por que incrédulo_"
"sabes que? con tanta desaparición tuya de casi medio año fíjate que llegué a perder la esperanzas de que vuelvas a mi vida... nunca pude saber lo que te sucedía exactamente y tal vez todavía no me lo quieras contar... ahora fíjate que siento como una especie de emoción un poco rara... bienvenida a mi vida de vuelta!"
"esta bien, entiendo"
"che, pareciera que tengo que creer en lo que muchos dicen, lo bueno siempre vuelve... grrrrrrrr"
"todo sucede en su momento"
"y yo que te puedo decir... huuuy, de mi vida tengo tanto para contarte que no haría tiempo, no debes tener idea de nada..."
"y si es posible"
"por ejemplo te puedo contar que este 20 es mi cumple y... bueno, veré que hacer, o también te cuento que te extrañé un montonazo estos meses, también te cuento que mi mamá anduvo un poco enferma pero justo ya anda bien, también te cuento que ya no estudio mas ahí e la UTN, que cambié yo un montón..."
"lo importante es ir avanzando"
"escúchame, mañana te voy a poder llamar a tu casa? o sea aparte de estar ahí me vas a querer atender y todo así te puedo contar mejor? porque justo ahora no podría, pero me encantooo y me encantó, me encantó saludarte... (heart)"
"me imagino muchas cosas"
"yo que creía que no saldrías jamás de tu muerte en vida o saldrías pero sin volver a mi, y mira la sorpresa que me venís a dar... nooo no no no... Diego se frota los ojos... piensa que es un sueño del que no quiere despertar... se emociona..."
"lo que me dijiste, hablemos por acá si Dios quiere ya hablaremos por el fijo"
"bueno che, te lo agradezco de todo corazón! ahora me parece bárbaro que imagines de todo, pero quiero contarte mis cosas y que vos también me cuentes, y de paso se me ocurre algo, vamos a hacer como si recién me hubieras visto y me fueras a agregar, volviendo al hermoso 4 de abril, Jime, mucho gusto! jajajaja"
"siiiii, me encantaría, justo en nos minutitos me voy a tener que ir... una recontra lástima... mañana te vas a conectar como ahora?"
"no lo se, veremos ma;ana"
"bueno, querés contarme como última cosa antes de irme sobre tu situación, o qué te andaba pasando o qué fue lo que te hizo volver? o preguntarme a mí? o hacerme algún comentario por haber vuelto a tener contacto conmigo?"
"dale siiii"
"a ver a ver?"
"bueno, contame entonces qué fue lo que te tuvo así... nadie nos lee, estate segura así que ojalá puedas contarme sin drama porque nunca lo pude saber y tiene que ser algo re grabe para durar muchos meses..."
"fíjate, mas meses que lo que estuvimos juntos desde que te conocí..."
"para que estes tranquilo, lo que me sucedía a mi, o la actitud que vos veías de mi, no era por que vos te ayas equivocada o que habías hecho algo mal o que yo estaba molesta o enojada con vos por cualquier motivo. Sino era algo interno mío, que venía desde mi Ser, el cuál tengo que resolver, simplemente eso."

Hoy es 20, mi cumple. Segurísimo vamos a pasarlo juntos, ¡no lo puedo creer! Además, ya hemos estado hablando mucho, Jime y yo, y hoy la llamo una vez más por teléfono, no sé por qué, tal vez por aprobechar que estoy solo en casa. Aparentemente vamos con mi papá a una parrillada a hacerme una especie de fiesta que hacía realmente años no me estaba haciendo, a mí me encantan las parrilladas. No sé, aparte de ser el asado tradicionalmente argentino tiene para mí algo que lo hace muy diferente, y en días como hoy. Pero estoy casi seguro, aunque mi viejo hace la parte más importante de la noche, lo que más me encantará va a ser pasarlo con Jime, y llevándola a una parrillada sabiendo que es vegetariana, pero no importa. Sé que hay comidas diferentes icluso de lo que come ella, así que bienvenida sea...
Vamos bien, yo ya estoy ganador, arreglado, guapo, atractivo y dentro de mí hay algo muy fuerte y diferente. Me tomé un remís, voy camino a la verdulería donde laburan mi viejo y mi abuelo. A mí no me gusta tirar onda a los conductores, siempre te hablan "¡Qué feo / lindo está el clima hoy!" te hablan del clima, del calor, del frío, de la lluvia, de fútbol, escuchame hermano, entiendo que estás todo el día dándole la vuelta a la ciudad con cada extraño subiéndosete al aciento de atrás, ¡pero aflojá un poco che! Pero ya llegué, mi viejo sale un cacho de la verdulería a recogerme, le paga, creo, 100 mangos, y bajamos. Va, bajo yo, él ya está abajo por supuesto, y entramos. Ahí están mi abuelo dentro, y un amigo nuestro, ambos saludándome por mi cumple. Después de un poco de charla me siento a esperar y ab urrirme tal vez un rato, mientras mi viejo, mi abuelo y su amigo, se ponen a hablar, como de costumbre de fútbol. Aaaay dios... al parecer el tema prreferido de los hombres argentinos si por suerte no es política, es fútbol. Y sinceramente prefiero eso, que se hable de fútbol (o de mujeres pero eso aparentemente solo entre jóvenes) y no de política. Así que mientras siguen hablando me pongo a escuchar un poco de música en el celu, y mi mente vuelve a Jime...
Primero estoy una hora y media en casa de mi viejo, mi abuelo se fue a su casa, por ahora. Luego nos encontramos todos allá en el restaurante. Una hora y media después, llegan mis hermanos y mi cuñado en el auto de este último, que es chiquito, así que más de los que estamos no entramos. El que me quiera matar que me mate (tal vez en las fotos aparezco sin bastón, porque efectivamente me guardé el bastón en la mochila, que llevaba al hombro, porque luego me quedaría en casa de mi abuela y ahí guardo mi compu y mis cosas, y sin la compu no puedo pasar un día...
Llegamos, entramos y ahí están ya sentados. Mis abuelos que creo que llegaron juntos en remís, mi viejo, su mujer, mis hermanitos ortivas y sorpresa ¡Jime! que llegó sola, aunque posteriormente su viejo la va a pasar a buscar y se la va a llevar de patitas a su casa, que no sé a qué distancia estará del restaurante, pero acá está y nos hundimos en un interminable avrazo acompañado de besos muy calientes, no en los puros labios como tal vez alguna vez oculta, pero sí en las comisuras y con todas las ganas y toda la humedad de un beso apasionado, pero ahí paramos porque ya le digo, lector, está mi familia y como era lógico, yo principalmente quiero intimidad y privacidad para esto.
Ya nos sentamos. Voy a intentar describir la situación de la mesa. Yo estoy prácticamente en uno de los 2 lados. A mi izquierda está mi viejo, a mi derecha ¡Adivinen! ¡Jime! Al lado de Jime, mi abuelo. Al lado de mi abuelo, mi abuela, y al lado de mi abuela, la mujer de mi viejo, de quien a su lado la especie de círculo se repite. Mis hermanos (todos) y mi cuñado se encuentran, creo, en otra mesa, al menos no oigo sus voces. Pero claro, hay mucho ruido, y por mi duficultad para oír bien (y con una buena cantidad de ruido) estuvo para hablar más con quienes estaban más a mi lado, o sea mi viejo a mi izquierda, mi niña bien a mi derecha y con esa manito suave y hermosa como diciéndome que no estoy solo y mi ángel guardián está ahí festejando conmigo, y mi abuelo, que está a su lado.
Por supuesto, "hola, mucho gusto", nombres respectivos y saludos, y Jime, no olvidemos que es muy sociable, así fue. Hablaba muchísimo conmigo y con mi abuelo, ¡y se llevaban re bien!
Ordenamos la comida así: Mi viejo pidió parrillada para 8, somos 11 en total. Jime, lógicamente no iba a comer carne, en cambio se pidió unos canelones de verdura y no recuerdo qué más, y por otro lado, uno de mis hermanitos chotos quiso milanesas, y el otro ni idea pero creo que también porque es más chiquito.
Trajeron quesitos y mantecas huntables. Amo lo huntable, y... ¡Jime también!
Al menos le ofrecí y quiso, de hecho ella me mostró donde estaban.
-Che Jime, tengo una idea.
-¿Cual?
-Tengo ganas de hacer esto, mirá, yo voy a huntar un cacho de pan con queso (manteca mejor no) y te lo doy, y vos hacés lo mismo al revés, jajaja, ¿dale?
-¿Sabés huntar?
-¡Más vale! Mirá.
Y ahí nomás agarré el cuchillo, con el mismo saqué un poco de queso, y con el mismo así lo puse en la miga del pan, quedando así una delicia lista para ser devorada...
-¡Muy bien, Diego! -dijo Jime.
-¿Viste?
-Y después no me vengas a hacernos cortarte la comida Carlito, -dijo mi abuelo. Mi abuelo es de los tangueros y gauchos matreros, así que me dice Carlito y me habla así a lo tanguero, resulta que yo también.
Jime se reía, y le dijo a mi abuelo,
-¿Le cortan la comida?
-A veces sí... -dijo mi abuelo.
-Aaah buuee... pero yo ya lo vi cortar, corta al revés pero corta muy bien...
-Igual ahora la milanesa y lo que le hace la abuela ya lo corta solo, ya le dije que no se haga el vivo...
Y mientras tanto, Jime y yo seguíamos intercambiándonos un poco, y solo un poco de pan huntado, porque ella ya no quería y yo quería guardar para comer a lo loco la parrillada después. Ya habiéndome limpiado totalmente, volvimos a abrazarnos y darnos una mano (está siendo única muer que no rechaza mi contacto físico) mientras charlamos, de todo un poco, con mi abuelo. mi abuela, mi viejo y su mujer están hablando ni idea qué cosa, aunque mi viejo de a ratos me pregunta a mí "¿Cómo va, muñe?" entre él y yo usamos un lenguaje medio... raro.
Llegó la parrillada, caliete como negro en baile. Si no estoy mal (creo y no pregunté) hay 2 parrillas en la mesa, ardiendo como yo cuando quiero tirarme a una chica, ya sea a Jime o a una de las de por ahí, y una de esas 2 parrillas estuvo a mi izquierda, entre mi viejo y yo y muy cerca mío, así que pude sentir una humareda que por suerte no me hacía mal, y se agradece que esté a mi izquierda, porque a Jime sí le hace mal el humo. Yo me comí primero un chori, luego una morcilla, (ya trajeron papas fritas y un poco antes los canelones para Jime) y volviendo un poco a los canelones, ella me convida y yo le digo que sí, y de ese modo, convinando los sabores. Yo, como es natural, antes había querido ofrecerle algo de la parrilla, pero como era lógico, no quiso. Después de esto seguí, comiendo vacío, riñones, chinchulín, matambrito...
Mientras seguíamos comiendo mi viejo, mi abuelo, Jime y yo seguíamos charlando, aunque en realidad mi viejo estaba más enfrascado con su mujer y mi abuela, pero me jodía un rato.
-Che Diego, ¿siempre cortás así con la mano izquierda?
-Sí...
-Le enseñaron mal, -interrumpió mi viejo.
-Además ya pincho con la derecho y eso sí no me sale con la izquierda...
-Está bien, -dijo ella. -yo para saber, tranqui.
Yahabiendo comido yo como un chancho, porque de la parrillada comí de todo un poco sin dejarme nada, y luego le comí los canelones que sobraron a Jime, ya haciendo un impaz (no quería saber si pedíamos postre o no porque quería que sea sorpresa, pero naturalmente estaba con unas ganas locas de dullce) ahí seguíamos charlando, haciendo bromas y riéndono de todo y de todos, cuando de pronto, mi abuelo y yo que desde siempre (él sobre todo y yo luego) éramos de improvisar payada y milongas, bien a lo gauchezco, nos pusimos a improvisar.
-Che mi peque, ¿te animás a improvisar con nosotros?
-Nooooooo, yo ni loca... no me saldría... improvisen ustedes y yo los escucho...
Y empezamos, obviamente sin guitarra, así que cantamos con el bullicio de la gente como fondo. Jime se reía mucho a cada verso, porque a ambos (aunque por supuesto más a mi abuelo) entre que nos salía demasiado al estilo malevo, y cago de risa. Ya no recuerdo prácticamente los versos (yo cuando improviso no me acuerdo salvo que de repente algo me re quede) pero justo me quedó algún verso, por ejemplo uno que en un momento me metió mi abuelo, y decía así.
Disfrutá tu cumple Carlito,
que hoy cumpliste 20 año,
te mandaste el asao por el caño,
después te mandás un cafesito,
y cuando te arda el culito,
todo va parar al baño.
Y Jime se reía. Otro verso que me acuerdo era:
Ahora te agarro a lo guapo malevo,
canto pa ahogar las penas,
morfando pa quedar con la panza llena,
mirá pive que ya no sos muy pendejo,
yo me largo a mi pago viejo,
y me los llevo a Dieguín y a Jimena...
Y Jime se reía. Y así una banda de versos más que ya no me acuerdo, uno y uno, Jime acompañándonos con esa risa que me encanta y contagiándomela a mí. Así seguimos un rato, incluso yo le confesé a ambos (y a mi viejo sobre todo) que esto me encantó, me hizo sentir todo muuuy diferente, y se los agradecí con todas las ganas. Jime como era de esperarse también me agradeció haberla invitado y me dijo muchas cosas cariñosas, hasta que llegó el mozo (y nos callamos la boca porque tal vez nos iba a pedir show y hasta nos traerían guitarrero y todo) pagamos la cuenta y nos fuimos. No íbamos a comer postre ahí, sinó ir a tomar helado a la vuelta.
Lo que siguió luego, fue una especie de locura, tuvo su parte que me encantó y me pegó. Antes, fuimos todos hacia la placita de en frente. Mis hermanitos se pusieron en los jueguitos, las amacas y toda esa chiquillada. Mi viejo me preguntó,
-¿Querés ir a la amaca?
-¿Eh? -le dije yo, -¡Ni en pedo me subo ahí!
En efecto ahí me quedé, con Jime de la mano. Al princcipio nos quedamos a medio charlar, mirando y riéndonos de mis hermanitos, uno que se puso en el sube y baja y no sabía que tenía que hacerlo para arriba y para abajo, lo dejaba ahí quieto, mi viejo le decía pero él no entendía, y yo me cagaba de risa. Y el otro ahí en la amaquita, empujada por la mujer de mi viejo. Mi hermana y su cuñado estaban ahí también, observándolos, y mis abuelos se fueron para otro rincón. De repente vino la que me gustaba a mí, aparentemente las cerillas ya estaban ardiendo y el fuego prendido, o queriendo prenderse, porque ahí nomás Jime me dijo,
-Vení, -con un tonito un poco erótico, o tal vez me lo pareció a mí, me agarró de la mano, me llevó hasta un rincón y me dijo, -acá nadie nos ve, abrazame...
Yo, no tan incrédulo por algún besito que le he dado, pero sí encantado, sin perder tiempo la tuve ya sumida en una gran parte de mi cuerpo, y ¡no saben! así, suavecito como estaba, de repente con mis labios empecé a explorar su cara, llegué a las comisuras de sus labios, ella sin moverse ni nada, y finalmente, haciéndose el abrazo ya muy profundo, no solo la besé vien en los labios y un cachitín más adentro, sinó que ¡ella también! y esto realmente con una pasión que realmente me terminó de alegrar la noche, era lo que faltaba, aunque por supuesto lo que faltaba y no llegó a haber, fue tener sexo. Pero no importa, así permanecimos un rato, acariciándonos y besándonos, ella no logré darme cuenta de lo perdido que estaba en su boca, pero yo síi, como vengando todo el tiempo que pasé sin poder besar a una mujer, y más a ella misma con lo que me gusta, así que en resumen estuve comiéndomela viva y cruda. Incluso aparte de su boca empecé a besar y con todas esas mismas ganas su cuello (y percibí cierta excitación pero tal vez sea idea mía) sus manos (sus manos me las comí con toooooooodas las ganas también) y unas cuántas partes más, y quien diga que los besos en la boca son también una adicción, le doy la razón totalmente, porque no pude resistir y ahí nomás volví a meter el ocico en la substancio que sí quiero consumir y consumir.
Aparentemente nadie nos vio, al menos a mí nadie me comentó ni preguntó nada, y confiaba en Jime. Pero ya volvimos, la verdad estuve muy satisfecho y se lo dije.
-¡A mí también me encantó besarte! -dijo Jime.
-¿Viste? y vos que me decías antes que no, porque si éramos amigos y qué se yo...
De pronto, parece que a consecuencia de la sobredosis de besos y el abrazo enorme que fue la base de todo, le dije a Jime.
-¿Hay alguna calesita vacía?
-Sí, -dijo.
-¿Vamos?
Me llevó hasta la calesita y ¡sorpresa! me subí.
-Subite, vení, -le dije.
-No no, yo no quiero...
-Pero dale, te muevo un ratito y salimos.
-Bueno, está bien...
Y se subió. Una vez arriba empecé a amacar, al principio despacio, pero empecé a aumentar la velocidad.
-¡Nooo noo noo, más fuerte noo! -decía Jime y agregó, -¡tratá de no chocar contra el caño! -porque ya a la calesita le estaba haciendo dar varios golpes contra el caño.
Controlé la marcha, yo quería ir ffuerte pero al mismo tiempo quería que ella también girara conmigo, así que me mantuve despacio y solo girando, sin amacarla, ya que se chocaba contra el caño.
Al rato bajamos, también me cansé yo, además estaba por dentro podrido, mis hermanitos de mierda disfrutando a lo pendejito y eso me jode profundamente Pero no me puedo quejar porque incluso fui y Jime y yo nos comimos a besos, pero ahora por suerte sí. Después de mucho lidiar con estos nenes, mi viejo llendo y viniendo con la paciencia cada vez más agotada igual que yo, seguimos camino hacia la heladería, a la vuelta. La verdad es que una parte de mí quería darle al dulce (aunque me acabo de comer a mi princesa que tenía unos labios re dulces) y la otra, quería un café. Lo que hicimos fue, irme yo con mi abuelo a tomar un café, mano a mano, como dijo él. Todos los demás, Jime incluída, se fueron a tomar helado. Pero además pensé que elegí bien, amo el helado y la dulzura que deja a uno en la boca, del mismo modo que el chocolate (y no hay chica a la que helado y chocolate no les guste) pero era lógico que mis hermanitos también tomarían helado ¿qué bebé o nene no tomaría helado? que me pareció perfecto, pero acá mi viejo y su mujer estarían dándoles cucharaditas tal vez en la boca, mirándolos que no se enchastren, tardando 2 horas en terminarlos, dejando tal vez una buena parte, etc... Así que para evitar presenciar todo eso, me fui con mi abuelo a tomar un cafesito al frente. No importaba que Jime no estuviera conmigo, que tome helado, que sea un poco feliz, que socialice un poco con los demás. Mi abuelo y yo ahí tomamos, mucho no tardamos, así que le pagamos al petizo que nos atendió (estábamos por hacernos los guapos e irnos sin pagar) y volvimos hacia donde estaban todos los maricones, incluído mi viejo, salvo Jime. Ahí estaban todos, como lo imaginaba mis hermanitos enchastrados de helado, y Jime se estaba comiendo un cuarto que contenía, mus de limón, chocolate y frambuesa. Cuando entré yo le quedaba bastante aunque lo seguía tomando, muuuuuuuy despacio.
-¿Me das una cucharadita? -le dije.
-Sí, -me dio la cucharita y le comí un poco, me tocó de los 3 sabores y estaba muy rico.
-¿Querés que lo comamos juntos? -me dijo Jime.
-¡Dale! Y juntos terminamos una delicia, que si bien acabo de tomar café, quise tomar igual, incluso mezclando lo frío, lo caliente y los sabores una vez más.
Finalmente, nos vio en la heladería el papá de Jime, que entró a buscarla, saludarnos, a mí especialmente (lo veo por segunda vez) y llevársela, ya que su casa quedaba medio lejos de acá y era bastante de noche, aunque le comentaba a Jime que me estaba encantando estar al aire libre a la noche un día como hoy, y resulta que a ella también.
Así fue como su viejo se la llevó de patitas, despidiéndonos de manera muuuy emotiva como era de imaginarse, y yo me fui a casa de mis abuelos.