Texto publicado por TTS Fer
Nota: esta publicación fue revisada por su autor hace 9 años. Antes se titulaba La Luz de la Luna, el mejor hotel de Monstruocity. Segunda parte.
A bordo de La Luz de la Luna, el mejor hotel de Monstruocity. Segunda parte
-Atención, diríjanse por favor al Salón mundial del primer piso de recreación, que el director desea dar un discurso frente a todos los pasajeros. Muchas gracias. -dijo una voz femenina que tanto por su tono como por el sonido que produjo me recordó mucho a aquellas pantallas de los hospitales que los secretarios utilizan para llamar a sus pacientes.
Mi viejo y yo fuimos para el salón mundial. En el primer piso de recreación había un casino, un salón de masajes, una cafetería, un salón de música y lo que parecía el ala de esta belleza de nave, además de, por supuesto, el citado salón mundial, que parecía un salón para hacer toda una fiesta de 15, o un casamiento, o algo así, porque era enorme. Tenía diferentes parlantes con música, ahora estaban pasando un poco de reggae como espera a que se renieran todos los pasajeros de todo el hotel nave, y había muy buenas pantallas que mostraban y demostraban la supercomputadora que integraba este hotel rodante, y de la cual se percibía claramente la hermosa vista de la luna llena que justamente había esa noche. Daba para hacer el amor, pero recién se hacía de noche, y además deberíamos escuchar todos al director que a lo mejor tenga instrucciones que darnos. Mi viejo y yo nos sentamos junto a otra gente en unos bancos de madera, intentamos distinguir a Wendy, o a su madre, o a Federico, o alguna cara conocida, pero La Luz de la Luna se llenó hasta las pelotas.
Finalmente, cuando ya todo el hotel estaba prácticamente acá en el salón mundial, se apagaron las luces:
Señoras y señores, ¡sean muy bienvenidos a nuestras nuevas instalaciones de este hotel, La Luz de la Luna!
Mi nombre es Carlos franconi, director, fundador y desarrollador del mismo, que como sabrán, es al mismo tiempo una nave de tecnología muy avanzada. Soy el dueño de ShipCountry Company, la empresa creadora del hotel, y todo el personal se asegurará de que tengan un agradable y excelente viaje lleno de aventuras, desde Monstruocity por todas las ciudades de la provincia de Chaotic City. Sepan que para cualquier cosa tanto yo, Carlos Franconi, como el resto del personal de ShipCountry y empleados del hotel estamos a su disposición, y si ocurre algún percance, cosa que les garantizamos que estamos haciendo nuestro mayor esfuerzo para que la nave no sufra ningún daño, en las entradas de todas las diferentes zonas, habitaciones, salones y demás, tienen un botón de emergencia para avisarnos cualquier cosa. Por favor les pido sin embargo, que no abusen del mismo, solo nos deben dar alarma cuando ocurra algún peligro, o un mal funcionamiento, o cualquier otro percance grabe dentro de cualquier zona de nuestras instalaciones.
Todos los días estarán abiertas y a disposición de ustedes las diferentes actividades que se podrán llevar a cabo para complementar la aventura.
Como ya deben saber, nuestro hotel se conforma de 210 habitaciones en total para los diferentes pasajeros en los diferentes pisos residenciales, 12 pisos de recreación y en cada uno de ellos diferentes lugares con el objetivo de hacer una experiencia "all included" y aventurera. Tienen un casino, tienen un salón de masajes y otro salón, solo para adultos, de placeres eróticos (no deben llevar jamás a sus hijos a este lugar) salón de música, salón de bailes y fiestas, este que es el salón mundial, varios y diferentes restaurantes, bares, heladerías, y mucho más, son totalmente libres de recorrer el hotel e instalarse, siempre respetando el reglamento de las instalaciones y usando el sentido común.
Sin más, les deseo una feliz y emocionante estadía en La Luz de la Luna.
Todo el hotel (y cuando digo todo es todo y sin excepciones y yo incluído) estallamos en aplausos.
-Che cabecín, ¿eso es el ala de la nave?
-Mepa que sí... tiene una puerta bastante rara...
-¿Vamos a ver lo que es?
Cuando nos dirigimos allá, me detuve un momento a mirar la puerta, que parecía la más electrónica y automática que vi en mi vida. Para nuestra sorpresa, a penas pasamos por su lado, la puerta se abrió como por arte de magia, una luz muy fuerte nos iluminó unos segundos y cuando nos recuperamos, ya estábamos dentro del ala.
-¿No habremos quedado encerrados? -preguntó mi viejo.
Yo como respuesta, volví a tocar la puerta con la punta del dedo, y de vuelta la puerta se abrió del mismo modo, iluminándonos una luz que provenía de una pantallita o algo así que tenía en lo alto. Entramos de vuelta al ala.
-Bue bue bue, vamos a dejarnos de joder que si jugamos con esta puerta la vamos a terminar rompiendo y se pudre todo, -dijo mi viejo.
Ahí nomás había un guardia bloqueando una escalera.
-Hola señor, disculpe nuestra curiosidad pero es impresionante esa puerta... -dije.
-Sí, ¿vio? Esto en realidad es un teletransportador, es como la simulación de una puerta, ¿vio lo que son las máquinas que integran este hotel?
-Ya veo... ¿Dónde lleva esa escalera?
-No, no la suban, es la oficina de guardia. Pueden recorrer el resto tranquilos nomás.
Seguimos cominando, de repente me di cuenta que en la pared que tenía delante se abría un hueco, o sea que el ala es más grande de lo que parece a primera vista, seguí recorriendo, y descubrimos un segundo hueco. El ala era enorme tal vez. Seguimos el recorrido, y un nuevo hueco nos invitaba a seguir adelante. Ahora delante nuestro había una escalera que llevaba al ala 2.
-Che, ¿te parece si entro a ver quien hay ahí y después vamos a morfar algo?
-Dale cabeza, yo te espero en la 34. ¿Pero estás seguro?
-Sí, tranqui, yo después voy para la 34 y vamos a morfar algo.
Entré, y de sorpresa me lo encontré.
-¡Fede! ¡Qué hacés acá!
-¡Javi! ¡Mirá donde venimos a encontrarnos!
-Qué grande papá, ¿cómo va todo por ahí? ¿Y Wendy?
-Mmmm... no sé que decirte, hace un rato se fue al casino y dijo que en un rato volvía pero ya desapareció más de media hora, no creo que se halla quedado jugando... Ella en realidad es anti casino, fue a chusmear y volvía...
-¿Querés que haga algo papá?
-Sí, andá a ver qué onda con ella y después volbé y traémela o contame qué pasó...
-Dale loco, tranqui.
(Continúa)
¡Este relato mepa que va a ser más largo que la edad de Cristo!