Texto publicado por Claudia Alonso Menéndez

La hora de la verdad

Tres de quince en triples, costaba trabajar contra pívots muy físicos, poca jerarquía de los bases y poca anotación de los mismos y poca profundidad de banqillo.
Éste es el análisis, que en frío ya tras un ratito que ha acabado la primera comparecencia de los de scariolo en el campeonato, me deja a grandes rasgos contra un equipo que ha tenido varias cosas:
Dureza defensiva, gran acierto exterior, y la polivalencia de un jugador que te hace ganar partidos.
Sin dar nombres propios, creo que Serbia ha demostrado porqué ya no es el tapado del campeonato, porqué a pesar de sus bajas, es el equipo a batir, y porqué este año sí, puede optar a medalla en este campeonato.
Por parte balcánica, uno de los mejores tenía nombre y apellido, se llama Nemanja Bjelica y jugará el año que viene y el tiempo que quiera en la mejor liga del mundo. Con 24 puntos, ha sido una de las claves al final del partido para que Serbia se lleve una victoria por diez puntos que a la espera de ese Turquía Italia, le deja como líder del grupo, ya que Alemania tan sólo ganó de seis a Islandia jugando un dudoso baloncesto.
Secundado por un debutante en la selección como es Nedovic, ha conseguido poner a Serbia en partido al descanso perdiendo por tan sólo dos puntos de diferencia, con una canasta final de Yull de las que ya en el madrid nos tiene acostumbrados.
Una segunda parte en la que creo que no hemos estado a la altura en el nivel defensivo que planteaba Djorgebic, en el que nos ha faltado ir más al contacto y aprovecharnos más de esas faltas que nos hacían para ir más a la línea.
Nos ha faltado tiro exterior, controlar más el ritmo de partido, y ese base que supiera qué jugar en cada momento.
Sin minutos de Aguilar en este partido, Reyes ha acabado bastante cansado en un partido intenso, duro y muy físico.
Y prácticamente sin tiempo para descansar, mañana te la juegas con Turquía, en el que tienes que demostrar que puedes competir y hacerte fuerte en tu idea de juego.
A España le ha faltado poder correr más veces, y eso sólo ha podido hacerlo cuando ha robado atrás y ha estado intenso, en cuanto nos han tirado de fuera y no hemos llegado a puntear tiros, flaqueaba nuestra confianza en nuestro juego, y cada vez había menos ambición para ir a por un partido que con un poco más de algún otro que no fuera gasol, habría estado al final más competido.