Texto publicado por Daniel Ayala, El testigo

Texto del día martes 1 de diciembre del año 2015.

“Examinando las escrituras.”
Texto del día martes 1 de diciembre del año 2015.

Toda Escritura es provechosa para rectificar las cosas
(2 Tim. 3:16).

Cuando los líderes religiosos judíos se quejaron de que Jesús trataba con bondad a “los recaudadores de impuestos y pecadores”, Jesús les respondió:
“Las personas en salud no necesitan médico, pero los enfermizos sí. Vayan, pues, y aprendan lo que esto significa: ‘Quiero misericordia, y no sacrificio’”
(Mat. 9:11-13).
Él explicaba con paciencia y bondad los mensajes divinos, y por eso los humildes aprendieron que Jehová es “un Dios misericordioso y benévolo, tardo para la cólera y abundante en bondad amorosa y verdad”
(Éx. 34:6).
Gracias al esfuerzo del Hijo de Dios por “rectificar las cosas”, muchos llegaron a tener fe en las buenas nuevas. El ejemplo de Jesús nos enseña cómo ayudar al prójimo.
Alguien que está enojado pudiera decir bruscamente: “¡Vamos a poner las cosas claras!”. Pero las Escrituras no nos autorizan a regañar a nadie.
Al igual que “las estocadas de una espada”, las expresiones hirientes suelen provocar mucho dolor y pocas veces producen beneficios
(Prov. 12:18).

Fuente de consulta:
BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower