Texto publicado por pablo peña

año nuevo, relato escrito por mí

hola compañeros, ¿Cómo están todos?. espero que mejor que bien. bueno, el día de hoy, 30 de diciembre, me puse a escribir un relatito que espero sea del agrado de ustedes, y que disfruten de el leyéndolo como yo lo hice escribiéndolo. dicho relato no tiene base alguna, y todo lo dicho en el, está sacado de la imaginación. todo, esepto los nombres de cada animal o lugar: saludos:
Año nuevo:
Hace muchos años, cuando el mundo como lo conocemos acababa de ser creado, se inventaron todos los tipos de animales, plantas y personas que hoy en día conocemos y podemos conocer. Pero nada sería como hoy, de no ser por un evento muy importante para los humanos de aquellas eras, que sin importar a la lejanía temporal de nuestra era, siguen siéndolo importante para nosotros.
Se creó en acuerdo a todos los seres vivos, que habría distintas fechas, como era el día de las madres, el día de la creación, el día de la tierra, nombre que decidieron en común acuerdo para el planeta donde nos tocó vivir, y el día de año nuevo, día que serviría para el fin de un año y el inicio de otro año, igual de bello o quizá más. Así pues, decidiendo las fechas más importantes para el año, quedaba solo una cuestión. Elegir el dios encargado de hacer realidad el sueño de todos, así como mantener el orden público y velar por los seres vivos que sin saberlo, habían dado vida a aquel hermoso planeta:
Una vez se uvo sentado el dios ante su trono, todos los animales comenzaron a exclamar que dicho dios debería tener un nombre. Y al igual que antes, todos se pusieron de acuerdo. Pero había un problema. Nadie sabía que nombre ponerle al dios, y dado que ellos mismos no tenían el poder supremo de nombrar a los seres, cosas y lugares, decidieron que el nombre lo dejarían en las manos del mismo dios. Así pues, este dios aceptó la propuesta, y tuvo que pasar 3 días y 3 noches para que se le ocurriera un nombre. Cuando finalmente lo tuvo, se dirigió a sus creaciones, los animales y las plantas, y dijo así:
—desde ahora, e decidido que me llamaré fecha—
A los animales, aquel nombre les hiso bastante gracia, y sabían, por lo dicho anteriormente, que este nombre era un nombre bastante extraño incluso para un animal. Pero ya estando de acuerdo en que su dios se autonombraría según sus designios, decidieron que aquel nombre, después de todo, estaba bien. Luego de aquello se discutió largamente el día en que sería fijado la fecha, a las festividades creadas anteriormente. Hubo quienes quisieron año nuevo en verano. Otros lo quisieron en primavera. El ratón botaba porque fuera en invierno, y la tortuga contrariaba la opinión del ratón, diciendo que eso sería muy injusto pues ella no podría ver el nacimiento del nuevo año, debido a que pasaría invernando durante la época fría del año. El venado propuso que en verano, la liebre que en primavera, la mariposa en primavera, el león en verano, y así sucesivamente con todos los animales: cuando fecha vio que aquello era un total caos, dijo.
—De hoy en adelante, la fecha será decidida por el fénix—
Y acto seguido hiso aparecer a un ave chiquita, desplumada y horrorosa.
Al ver aquello, los animales se indignaron por tan feo ser aparecido de la nada, y si no es por fecha, allí mismo se lo traga el león, animal que estaba, por ser el rey de la selva, cerca de dios fecha. Fecha vio de inmediato que aquello era un caos todavía peor. Pero dadas las circunstancias, se creía incapaz, aunque tuviera el poder de todo lo creado y lo no creado, para asesinar a aquel feo e indefenso ser llamado fénix.
Así pues, tomó una rama del árbol más cercano, y se dispuso a frotarla. Al primer rose con las manos de dios fecha, aquella rama se convirtió en flauta. Sopló la flauta, y al instante acallaron su tumulto todas las plantas de la región:
Luego pasó su mano por encima de la flauta, y esta se convirtió en un tambor.
Golpeó el tambor, y acto seguido los animales más salvajes, como el león, el tigre y el oso, se calmaron y quedaron mansos ante los pies de dios fecha:
Frotó el tambor, y se convirtió en una campana de plata con incrustaciones de oro:
Una vez más, tocó la campana y los animales más mansos como el venado y la tortuga, fueron calmados.
Nuevamente, tocó la campana y esta se convirtió en un bastón grueso, brillante y alargado. Aquel bastón era tan alargado, que podía tocar, si quisiera, el fondo de los océanos, y sin tener que moverse. Aquel bastón brillaba con un brillo especial que crecía conforme iba pasando el tiempo. Cuando el brillo llegó a un tiempo bastante prolongado, dios fecha tocó con el bastón a la tierra, y las serpientes, animales peligrosos que carecen de la capacidad auditiva, se calmaron con la vibración que pudieron percibir mediante el suelo natural:
Dios fecha suspiró con gran estruendo, por haber logrado la paz entre los animales: su suspiro se convirtió en el viento del norte, del sur, del este y del oeste, y rápidamente se esparció por todo lo creado:
Luego de su colosal suspiro, dio el poder del habla al fénix, animalito que seguía igual de horroroso desde un principio. Y viendo a los animales tan calmados como los había dejado antes, procedió a preguntar al fénix:
—amiguito fénix, ¿Cuándo te gustaría que se festejase el año nuevo?—
El fénix, se sentía alagado por ser el animal escogido especialmente para elegir una cuestión tan importante, que vista desde el punto de vista fénix, era algo de suma importancia. Algo así como de vida o muerte:
Por lo que se tomó un tiempo antes de contestar, y cuando estuvo listo dijo así:
—dios fecha, no me siento digno de portar tal responsabilidad sobre mis frágiles alas, mi escaso plumaje y mi horrible cuerpo. Aun así, sé que me escogiste especialmente a mí dentro de todo el reino animal, para cargar con esta responsabilidad. Y ya que eres omnipotente, quisiera pedirte pues, que si está en tus manos cumplir mi deseo, hicieras al año nuevo a finales del 31 del mes X y el del mes I—
Y dado que aquel día era finales de 31 del mes X, dijo el dios fecha
—se hará como el deseo te lo indique—
Así pues, todos los animales dieron saltos y gritos de júbilo y alegría, mientras que el fénix, un ave fea y horrorosa, moría con el nacimiento del año nuevo, solo para renacer, instantes más tarde, cubierto de un plumaje dorado, abundante y envidiable de todas las creaturas de la naturaleza:
Fin: