Texto publicado por Ma. Guadalupe Hernández Méndez

Reyes-tiranos

Reyes-tiranos
Era un día cualquiera, el sol asomó su carita amarillenta através de los cristales llenando de calor la habitación, un rayito de luz se reflejó en la taza de té que descansaba en aquel buró medio polvoriento, el timbre del despertador sonó con estruendo, Elba entreabrió los ojos y de un manotazo lo arrojó lejos de la cama, había tenido una mala noche y ahora no encontraba la fuerza suficiente para levantarse e ir al trabajo. Se dirigió al cuarto de baño con pasos lentos y cansados en su cara se marcaban grandes ojeras que denotaban el insomnio de la noche anterior.
Una hora después vestida con un hermoso traje verde claro que dibujaba su esbelta figura se hallaba de pie frente al refrigerador sin saber que tomar pues las naúseas no se le quitaban con nada, tomó con desgano un pequeño vaso con gelatina y un jugo, extrañamente las cosas que se le antojaban no le producían daño alguno.
Llegó temprano a la oficina y se disponía a empezar la jornada de aquel día cuando Alberto, su jefe inmediato, se presentó ante ella con una sonrisa encantadora y un gran trozo de flan que a cualquiera le hubiera fascinado comerlo pues era suculento a la vista, pero no a ella, miró el plato que se le ofrecía y su cerebro dibujó en él la forma terrible y gelatinosa de un hígado, no pudo mas y corrió hasta los sanitarios…Alberto perplejo se retiró a su oficina para comer el sabroso flan.
Aquella enfermedad la estaba torturando mas de lo que hubiera esperado, sin embargo no estaba dispuesta a decirle a nadie lo que ocurría en su vida, para Elba era esencial sentirse libre y si hablaba de aquello con cualquiera de inmediato querrían ayudarla . Sabía que era un cáncer terminal y deseaba vivir sus últimos días al máximo sin estar ligada a nadie pues lo que menos pretendía era provocar la lástima o el dolor en sus seres queridos, si, lo supo siempre, iba a ser muy difícil y doloroso vivir el proceso sola, pero estaba decidida.

Eva estaba feliz aquella mañana que a ella le parecía la mas hermosa y soleada de toda su vida ¡había esperado tanto este momento! Correría hasta la oficina de su esposo para darle la noticia porque de no hacerlo así el corazón se le saldría del pecho por la alegría que la embargaba en ese momento.Después de diez años de matrimonio por fin sería madre.Ya podía imaginarse con una gran barriga comprando muchos trajes calientitos para su bebé y a su esposo con los brazos llenos de cajas llevando todo lo que ella quisiera comprar para decorar la habitación de su niño pues eso si, tendría que ser un varón para llevar el insigne apellido Rají, que su marido portaba con tanto orgullo. No paraba de soñar despierta e imaginaba como sería la carreola en la que llevaría a su hijo a pasear por el parque todas las tardes para esperar la llegada del papá después de la oficina.
Los primeros meses no tuvo ninguna complicación, ni mareos mucho menos antojos raros, ella pensó que todo eso se debía a la gran felicidad de saber que en algún tiempo mas sería madre, por lo que no le preocupó las visitas al médico, pero ahora sufría de frecuentes dolores en el vientre y su cara ya reflejaba la fatiga del insomnio, no sabía que hacer pues en su cerebro no cabía la idea de que su embarazo presentara alguna complicación.
Caminó por el parque, como solía hacerlo por las tardes, pero en esa ocasión no disfrutaba del paseo ni sus pensamientos eran tan felices como en días pasados, al pasar frente a una fuente se detuvo a observar extrañada a la joven que detrás de un arbusto vomitaba , casi no lo pensó y se acercó a ella para ofrecerle ayuda. Elba levantó la vista avergonzada al sentir la presencia de aquella mujer que con una sonrisa cariñosa le preguntaba si podía hacer algo por ella, -no, no lo creo, solo Dios podría ayudarme en este terrible trance.
-vamos chica ¿Qué puede ser tan terrible que no tenga solución?
-tener la muerte encima torturándote permitiendo que vivas solo a medias.
-eres tan joven, bonita y te ves tan saludable que no puedo creer que la muerte te circunde.
-pues así es, y a nadie se lo he contado, aunque contigo me siento libre como para decirte que me aqueja un mal tan extraño y poco a poco va terminando conmigo.
-chica tu me inspiras una rara simpatía y me duele oírte decir eso ¿ya has consultado a varios médicos?
-no, ¿para qué? Me dolería mucho mas escuchar en mas bocas que mi cáncer es terminal y que tengo pocos meses de vida, mejor así lo dejo para poder resignarme mas rápido a dejar todo cuanto he amado.
--yo creo que necesitas mas de una opinión y si quieres puedes contar conmigo para acompañarte a que realices esas visitas que al parecer te son tan difíciles.
Eva sacó de su bolso una tarjeta y se la extendió amablemente a la chica del vestido azul, quien la tomó con una sonrisa llena de gratitud.

Fue tan solo dos meses después que Elba descubrió cambios raros en su cuerpo, su vientre crecía y ya no cabía en algunos vestidos pero lo mas raro era que ya no había vómito, ni mareos, incluso hubo días en que sentía latir un corazón extraño dentro de ella. Aquella mañana Alberto la había estado observando muy fijamente, lo sorprendió varias veces y casi para concluir la jornada de trabajo la llamó a su oficina.
-Elba ¿has acudido ya con el ginecólogo?
-¿yo? Y ¿porqué tendría que hacerlo?
-Elba, te he observado durante estos meses y presentas todos los síntomas de un embarazo, así los tuvo mi esposa, es por eso que me preocupas y si tienes que ir al médico te puedes tomar la tarde libre
-Pero, yo no…está bien, te prometo que mañana lo haré
-No, tendrá que ser hoy mismo porque mañana habrá una junta con los del banco y es muy importante que tú estés presente
-Bien, bien, lo haré hoy.
Sin muchas ganas buscó en su bolso la tarjeta de Eva y marcó el número de teléfono.
Eva sonrió complacida al colgar el auricular, esperaba la llamada de esta joven hacía algunas semanas, la llevaría a su clínica y haría que le realizacen varios estudios aunque tuviera que pagarlos ella. Durante varios días estuvieron juntas por las tardes y algunas veces en las mañanas en los laboratorios, ninguna de ellas salía de su asombro al comprobar que antes habían estado en los mismos sitios sin conocerse, es mas, sin haberse mirado siquiera.
Llegó el día tan temido y sin embargo tan esperado por ellas, la mañana era un día de otoño, frío y con algo de lluvia aún así Elba se levantó y preparó temprano para luego verse con Eva y escuchar el resultado de tanto análisis, para ella sería como oir el veredicto de un juez condenándola al patíbulo, sin muchas ganas ni prisa alguna encaminó sus pasos al parque donde su ya querida amiga la esperaba
¿Fue un sueño?... o la vida se burlaba de ella…no sabía que hacer, si reír o llorar, pero hacía las dos cosas a la vez mientras se abrazaba emocionada con su amiga ¡un hijo! ¡seis meses de embarazo! Apenas lo podía creer, pero…¿Cómo pudieron confundirse sus estudios con otra persona?.

Basta Eva, ya no soporto mirarte mas en ese estado, ahora mismo vamos a la clínica para que te hagan estudios en general, eso jdel embarazo ya no me parece ¿mira nada mas cuanto has adelgazado?, decía Luis mientras Eva sollozaba bajito en su almohada sin querer aceptar que tuviera problemas en su embarazo, ¡había esperado tanto tiempo ser madre! Que ahora le parecía imposible poder estar en posibilidad de perder a su bebé.
Luis la tomó en sus brazos pues ya ni pesaba y la llevó hasta el auto, la colocó con sumo cuidado en el asiento del copiloto y con extrema delicadeza le abrochó el cinturón de seguridad…
Ellos no entendían los tecnicismos con que hablaba aquel médico solo la palabra cáncer terminal daba vueltas en su cerebro, Luis dejó vagar su vista por el ventanal y el espectáculo que sus ojos observaron le pareció el más irónico que jamás hubiera mirado, el sol perfilaba la cima de las montañas llenándolas de un precioso color rojizo, él sintió que su alma expiraría con ese sol pues al caer la noche estaría mas solo que nunca. Eva no reaccionaba, miraba sin mirar al médico que le dictaba sentencia de muerte, de pronto dio un alarido y se abrazó a su vientre gimiendo por el dolor de no tener un hijo. Luis no supo que hacer ¿Cómo consolar un corazón roto cuando el tuyo está hecho pedazos? Sin embargo no dejó la clínica en los días siguientes pues cuando ella tenía momentos de claridad lo llamaba y lloraban abrazados. Aquella tarde le pidió a Luis que buscara a Elba, que nunca la fuera a dejar desamparada ni a ella ni a su hijo, le confio que Elba iba a ser madre soltera pues el padre de su hijo la había abandonado desde hacía tiempo. Luis le prometió hacer cuanto ella dijera porque la amaba intensamente.

Elba tomó el teléfono y marcó otra vez, le pareció muy raro que nadie contestara, quizá Eva y Luis estuvieran de viaje… ¿Qué haría ahora? ¿a quien le diría lo que estaba pasando con ella? Lo pensó un momento luego llamó a su jefe.
¿Alberto?
-si, ¿Quién habla?
-Alberto, perdona que te moleste a esta hora pero es que tengo un grave problema y no sé a quien recurrir, tú sabes que toda mi familia está muy lejos
-Elba ¿Qué te sucede? ¿en que te puedo ayudar?
-mira, solo quisiera que tu esposa y tu vinieran conmigo a la clínica pues parece que mi parto se ha adelantado
-prepárate con todo lo necesario y espera una media hora para salir, te esperamos en el auto.
Dos horas mas tarde, cuando la oscuridad de la noche era mas profunda, vino un médico para hablar con Alberto y su esposa, ¿son ustedes los familiares de Elba Martínez? –no exactamente, somos sus amigos pero es lo único que tiene por ahora, dijo Alberto poniéndose de pie. El médico lo miró con una sombría mirada y le dijo “fue un parto muy difícil, el niño está bien pero ella”…
En lo más profundo de la noche su alma convertida en mariposa dejaba los dolores de este mundo, Luis le cerró sus ojos mientras depositaba un cálido beso en sus labios, luego se retiró para llamar a la amiga que nunca llegó en la agonía de su esposa.
-perdone, ¿me puede comunicar con Elba Martínez?
-Soy Alberto Carrasco, ¿me puede decir quien es usted?
-soy Luis Rají, esposo de Eva Martínez
-precisamente estaba buscando su número para llamarle, pues Elba ha tenido un parto adelantado y por desgracia no sobrevivió
-¿Qué dice? ¿Qué Elba ha muerto?
-si señor Rají, por desgracia así es
-¿Cuándo ha ocurrido esto?
-esta misma noche, por eso es urgente que la señora Eva se presente en la clínica pues la última voluntad de Elba fue que le entregaran su niño a ella
-eso ya no será posible, Eva también nos ha dejado esta noche

Así fue como ocurrió, mis dos madres partieron el mismo día dejándome al cuidado de un padre fantástico quien afirma que los hijos somos “reyes tiranos”, porque dominamos a las madres desde el momento de la concepción, comen lo que se nos antoja y si algo no nos gusta las hacemos vomitar, que este es nuestro juego durante nueve meses porque luego viene el juego mas terrible entre el dominador y el dominado.
-Alejandro, termina de preparar tus maletas que tu padrino Alberto está por llegar para llevarte al aeropuerto, espero que tengas un gran éxito y no olvides llamarme en cuanto llegues a Canadá.
-ya voy padre, hago todo lo mas aprisa que puedo.

Si, soy Alejandrro Rají, ciego de nacimiento porque mi madre tomaba medicina muy agresiva, gracias a la estupidez de un médico y un laboratorio lleno de irresponsables, pero aquí estoy para enseñarte que todo lo que desees lo puedes lograr con perseverancia y un alma con ganas de luchar y siempre ir adelante…fin
Marilupis