Texto publicado por Azucena

Recuerdos

una vez más dándole utilidad a este medio para ciertos acostumbrados objetivos expresivos, sin buscar palabras mejores, escribiendo sólo porque en algún confín del mundo alguien necesita tomar concentración para específicos deberes que lo aclaman , es así como repentinamente a la mente le asaltan aquellos recuerdos donde yacida en la arena de aquel lugar,, momentos en los que el silencio formaba excelente orquesta con el paisaje, los aromas típicos a humedad del lugar, el cual más o menos dando una descripción algo vaga, era como dicha mescla entre agua, plantas, y arena con sol impregnado en cada partícula; ahora surgen muchas preguntas al respecto.. ¿Cuantas historias guardan aquellas piedras? ¿Cuantos años llevaría aquel árbol, que sin pedírselo me acompañaba?, ¿de qué cosas era testigo el aire que me saludaba? ¿Que intentaba comunicarme todo ese sonido que se hallaba entre los fragmentos del silencio y los cantares de los seres vivos que en días como esos interactuaban en mí mismo medio, sin yo ser 100% consciente de ello?, agradablemente recuerdo como alguien por ahí se reía cuando le decía que era bueno hablar con los árboles y las plantas sin importar cuales fueran, que toda naturaleza te escuchaba y jamás te juzgaría.-
¡y como olvidar los días de los viajes en burro o a caballo!, eran increíbles esas conversaciones sostenidas con aquel burro que cuando le hablaba según yo y mis indicaciones, el movía ordenadamente sus orejas; nunca olvidaré ese riachuelo que un día conocí, pero que sentía como si en alguna parte del tiempo antes, ya hubiese estado precisamente ahí; que decir de todas esas anécdotas en que era normal jugar carreras en bicicleta, o correr a pie tras las camionetas, para una vez de haberlas alcanzado y estar arriba, vivir la adrenalina de como saltar sin que el suelo de la terracería lastimara mucho... correr contra los vientos de lluvia, saltando cercos de alambrado para sustraer alguna fruta... ¡geniales sensaciones vividas!
Esas fueron etapas de mi vida, que aunque la tenía, no sabía en qué lugar de la sociedad en determinados momentos, la discapacidad coloca a una persona, después de muchos años de todo eso, puedo decir que me gusta la ciudad, y que al igual que el campo también tiene sus características importantes e inigualables, tema que hoy se reserva tal vez para otro texto.
para concluir tal resultado de una ansiedad lo mejor posible utilizada, la mente pensante queda con el eco de la interrogante que se refiere a: ¿cómo colocar en palabras un sentimiento que desde años atrás no has podido nombrar?, esto hace mención a ese momento cuando escuchas la frecuencia de una nota que te agrada, justo en el momento que te piensas con fortuna por poder habitar en la tierra; ¿cómo hacerle para siempre demostrarle a la naturaleza lo mucho que le agradeces, sin caer en simples banales acciones?; después de cualquier principio o fin, es importante caminar sobre los distintos relieves geográficos de la existencia, pues así como es hermoso caminar en: la playa, entre el bosque, también es motivante caminar hacia la sima de la montaña, en un suelo que intensamente te sorprende con cada relieve... es decir no siempre será llanura, oasis, superficie plana, ETC.