Texto publicado por Ana López

JAMES CAGNEY

Paseando con su mujer por Nueva York, se cruzó con un hombre y lo señaló, diciéndole a su esposa:
- Es Nathan Skidelsky. Se sentaba en el pupitre de al lado en el colegio-.
La señora Cagney creía imposible que el actor tuviese tanta memoria y le retó a comprobrarlo, James cruzó la calle, charló un rato con aquel caballero y, a su regreso, le confirmó:
- Cariño, era Nathan Skidelsky. El único problema es que él no recuerda a ningún James Cagney.

JAVIER SOLANA

Cuando acababan de nombrarlo ministro de Cultura, en 1982, se sentó frente a un periodista de Radio Nacional que, antes de iniciar una entrevista, le espetó:

- Javier, ¿en esta entrevista te trato de usted o de tú?

A lo que Solana, con esa flema que le caracteriza, replicó:

- Tráteme como usted quiera.

MARILYN MONROE

Le preguntaron a su marido, el escritor norteamericano Arthur Miller, cómo llevaba la fama, y replicó:

- A veces pienso que la gente no me conoce si no por ser el esposo de Marilyn... y que por esa razón vienen tanto a mi casa, no para admirar mis líneas literarias sino las de mi mujer...